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Un niño en un parque

Un niño en un parqueEuropa Press

Cuanto más juegue un niño en el parque, menos probable es que sufra obesidad de adulto

Una nueva investigación asocia el juego al aire libre con un menor riesgo de sufrir exceso de peso tanto en la infancia como en la edad adulta

España está a la cabeza de Europa en cuanto al número de niños que padecen obesidad y sobrepeso. Según los últimos datos, uno de cada tres niños de entre 8 y 16 años viven con exceso de peso. La alimentación y el sedentarismo han sido diagnosticadas las causas principales de la «otra pandemia», llamada así por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Las sociedades pediátricas no se cansan de elaborar informes sobre prácticas saludables, como el plato de Harvard, o recomendaciones para la actividad física. Todo para prevenir que esta llegue a desarrollarse y frenar unos datos cada vez mayores. Según la OMS, en España ha crecido a tasas de más del 40 %.

Muchos estudios han abordado también la relación entre la obesidad infantil y el uso de pantallas, el desarrollo de otras enfermedades, la falta de sueño, pero hasta ahora, no se había abordado el principio de esta dolencia y su asociación con el juego al aire libre. Este ha sido el objetivo principal de una investigación desarrollada por un equipo de médicos del Hospital Kurashiki, que ha concluido que los niños que pasan tiempo al aire libre de forma habitual tienen un menor riesgo de padecer obesidad a lo largo de su vida, incluso cuando son adultos.

La naturaleza ha sido apodada por la Universidad de Cambridge como una medicina emocional, tanto para niños como para adultos. Muchos son los beneficios que tiene para los más pequeños estar en contacto con la tierra. Según este nuevo análisis, los niños que juegan en el exterior de forma habitual tienen un 15 % menos de probabilidad de padecer obesidad o sobrepeso a lo largo de sus vidas.

Para llegar a sus conclusiones, el equipo del Hospital Kurashiki preguntó a los padres de todos los niños nacidos en Japón entre los meses de enero y junio de 2001 sobre el lugar donde habitualmente jugaban sus hijos. Entre las respuestas más habituales encontraron que los menores japoneses pasaban las tardes en el jardín de sus casas o en las zonas verdes de las urbanizaciones, en parques de zonas comerciales y otros que normalmente se entretenían dentro de casa.

Fue comparando los informes de todos los niños hasta sacar su conclusión principal: aquellos que más tiempo pasaban al aire libre mostraron una probabilidad menor de sufrir obesidad, tanto durante la infancia como también llegada la edad adulta. Por ello, invitan a los padres a que fomenten en sus hijos el hábito de jugar en la naturaleza.

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