La regla de las 3C que practican las parejas más sólidas y duraderas

Tres son los pilares sobre los que habría que afianzar una relación para que sea sólida, longeva y feliz. Para la terapeuta francesa Martine Castello, esta trilogía se resume en la norma de las 3C: corazón, cuerpo y conciencia.

En su libro, Cómo encontrar el amor de tu vida gracias a la regla de las 3C, expone en qué consisten cada una de estas variables. Aunque puedan parecer simples, según indica la escritora, requieren de esfuerzo y compromiso constante, como cualquier relación.

Así, la primera de las bases de una pareja, el corazón, tiene que ver con la conexión emocional entre ambos miembros. Este implica la capacidad de amar y ser amado, además de la empatía y el apoyo que se brinda al otro. En ese sentido, las demostraciones de cariño juegan un papel destacado por Castello, además de los cuidados. Con el corazón, se crea un ambiente en el que las partes de la relación se sienten valoradas y comprendidas, donde pueden expresar sus sentimientos sin miedo y perdonar.

Lo físico, lo emocional y lo intelectual

En segundo lugar, el cuerpo es el símbolo de la dimensión más física de la pareja, no solo en cuanto a intimidad sexual, sino también al afecto diario. Los abrazos y caricias son una parte esencial de este segundo pilar. Esta segunda C incluye actividades físicas y cuidar de la salud de manera conjunta. Según Castello, las parejas que practican deporte juntas suelen tener vínculos afectivos más sólidos y duraderos.

Por último, se encuentra la conciencia. Con esta, la terapeuta se refiere a la conexión intelectual, espiritual y de los valores de ambas personas. Además, esta implica comprenderse mutuamente y compartir valores y objetivos vitales. A través de la conciencia, se fomenta la comunicación efectiva en la pareja, el respeto y el entendimiento.

El éxito de las 3C se esconde en su simplicidad y la facilidad con que puede aplicarse esta regla en el día a día. El equilibrio que bridan las tres variables entre lo emocional, lo físico y lo intelectual solidifica las relaciones y permite a los matrimonios enfrentar las dificultades.