
El 40% de las familias tienen problemas para comprar carne o pescado
Aumentan las diferencias socioeconómicas
Cada vez hay menos hogares de clase media, según denuncia un informe de la OCU
El último índice de solvencia familiar elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios revela que el 70% de las familias españolas consideran «difícil o muy difícil» poder ahorrar
Más de la mitad de las familias españolas tuvieron «difícil o muy difícil» afrontar los gastos cotidianos de su coche e irse de vacaciones; cuatro de cada diez pasaron estrecheces para comprar ropa, sacar adelante sus cuidados dentales, comer carne y pescado, o pagar la factura de la luz y el agua; y para el 10 % fue «imposible o muy difícil» afrontar los gastos de alimentación.
Estos son algunos de los datos más significativos del último Índice de Solvencia Familiar publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que constata una inercia social en aumento: la desaparición de las familias de clase media.
2 de cada 3, con dificultades económicas
Según el índice —que se ha llevado a cabo en una muestra de población de entre 25 y 79 años—, aunque el poder adquisitivo de las familias españolas ha mejorado ligeramente respecto al año anterior, el número de hogares vulnerables sigue creciendo. En concreto, 2 de cada 3 hogares tiene dificultades económicas, y el 69 % de ellos encuentra difícil o muy difícil ahorrar algo a final de mes.
Además, al analizar el nivel de confort financiero de los hogares, la OCU confirma que, desde el año 2018 hasta 2024, la situación económica se ha polarizado: mientras sube el porcentaje de familias que dicen no tener problemas de solvencia (del 23 al 33 %), también se incrementa el número de hogares en peores condiciones (del 14 al 16 %). Como resultado, en sólo seis años, el número de hogares de clase media en España se ha reducido drásticamente, del 63 % al 51% de la población encuestada.Familias sin carne, fruta o pescado
Las partidas que salen más perjudicadas son aquellas relativas a gastos «prescindibles» como comprarse ropa, las vacaciones, las escapadas de 1 o 2 días, y la asistencia a cines o espectáculos. Sin embargo, para muchas familias es también muy complicado afrontar gastos tan básicos como la alimentación. Por ejemplo, más de un 40 % de los hogares españoles tiene dificultades para pagar la carne o el pescado, y en una de cada tres familias la fruta es un lujo.
«Más preocupante que las vacaciones resulta que en muchos hogares no haya posibilidad de pagar el dentista, que los gastos del coche sean difícilmente asumibles para casi la mitad de los encuestados o que en 1 de cada 3 familias tengan dificultades para pagar los suministros o la calefacción», denuncian desde la OCU. Y peor aún, «que comprar alimentos frescos tan imprescindibles como la carne, el pescado, la fruta y la verdura sea todo un desafío para el presupuesto del hogar».
Familias con hijos, las peor paradas
La OCU alerta de que la edad y la composición de los hogares es también determinante para su bienestar económico. Según el estudio, quienes tienen mejor situación económica y pasan menos estrecheces son los hogares de pensionistas, sobre todo cuando se trata de una pareja jubilada con dos pensiones; las de los trabajadores menores de 36 años que viven solos; y las de las parejas sin hijos.
Mucho más complicado lo tienen, en cambio, las familias, sobre todo las numerosas y aquellas que tienen uno o dos hijos, así como aquellos hogares en los que alguno de los miembros está desempleado, o son monoparentales.
Las diferencias tienen también su reflejo según las regiones. Así, La Rioja, Navarra y Galicia son las comunidades con un mayor índice de solvencia familiar, mientras que Andalucía y Castilla-La Mancha presentan un índice por debajo de la media. Además, mientras Extremadura, Aragón y Navarra han empeorado sus datos respecto al año anterior, la situación han mejorado en Galicia, País Vasco, Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Seis indicadores básicos
El análisis de la OCU escruta los seis indicadores propios de la economía doméstica que más reflejo tienen en la calidad de vida de las familias. A saber: alimentación (compra de productos frescos, alimentos básicos, bebidas, caprichos como los aperitivos...); cuidados de la salud (consultas médicas, dentista, medicamentos...); vivienda (hipoteca o alquiler, gas, electricidad y agua, calefacción y telecomunicaciones); educación (escolarización, universidad, extraescolares, etc.), movilidad (los gastos del coche y el transporte público), y ocio y tiempo libre (vacaciones, ir a bares, restaurantes, museos y espectáculos, comprar libros o ropa). Y en todos ellos, el confort financiero crece en los extremos positivo y negativo, y empeora para las familias de clase media.