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¿Qué hace una instagramer sin Instagram?
Las influencers viven de las redes sociales pero un apagón de siete horas como el del pasado lunes les puede pasar factura
Siete horas de apagón digital con Instagram, Facebook y Whatsapp inoperativo fue causa de estrés para más de uno que no sabía muy bien cómo invertir el tiempo libre, pero si alguien lo pudiera haber pasado especialmente mal serían aquellas personas que su vida, economía y su profesión dependen de ellos, es decir, las influencers.
Una de las instagramers con más seguidores en nuestro país es María Pombo que cuenta con más de dos millones de followers. En su cuenta es habitual ver contenido diario de sus proyectos en el mundo de la moda, sus entrenamientos para estar en forma, su familia, su pareja Pablo Castellano y, sobre todo, el último integrante que más éxito tiene, su hijo Martín. Entre historias y fotos en su feed, Pombo siempre tiene su cuenta con movimiento, por eso sospechamos que fue una de las personas que más sufrió la caída de la red. Sin embargo, fiel a su humor y seguro que más de uno se lo habrá preguntado; no ha dudado en subir un vídeo cómico sobre el 'estrés' que pudo vivir para quitarle hierro al asunto.
No hay que ponerse dramáticos, los contenidos no subidos en las redes no se pierden, existen contratos con cláusulas donde ponen solución a este tipo de situaciones inusuales, pero que como hemos visto, pueden pasar. Las cuantías económicas que podrían haber perdido tienen rápida solución, por lo tanto no hay de qué preocuparse según nos explican desde el sector.
También hay que tener en cuenta, que cada perfil es diferente y por lo que no se puede generalizar. No es lo mismo una cuenta con un millón de seguidores que con una de 500.000 o de 100.000, además hay que valorar cuál era la campaña, la marca que publicitan o el tipo de contenido por lo tanto sería imposible hacer un baremo de las pérdidas.
Si algo se ha perdido es el tiempo. Supongamos que esta caída se produce un día más señalado, como Navidades, rebajas o Black Friday, entonces las consecuencias habrían sido muy diferentes, porque hace mucho más difícil, casi imposible, reprogramar todo el contendido en otras fechas.
Como hemos dicho, las influencers están a salvo. Su vida, aunque no lo parezca, no solo gira en torno a esta red social, fuera de las fotos, o más bien, para que sus fotos y resto del contenido cumplan una serie de requisitos, estas creadoras de contenido tienen un sinfín de reuniones, organizaciones, viajes y trabajo fuera de cámara.
Desde hace un tiempo no dejamos de criticar el excesivo uso y la dependencia que tenemos con las redes sociales, pero seguro que muchos de nosotros tuvimos sentimientos encontrados. Por un lado, consigues tomar un respiro en medio de la vorágine, pero también te das cuenta de que nuestro medio de comunicación depende de Whatsapp e Instagram. No hay ningún problema en el uso, pero sí en el abuso y ahora preguntémonos, ¿Cuántas veces refrescamos Instagram ayer para ver si ya había vuelto?