Agresión sexual
Dos abogados de Hollywood para el príncipe Andrés
El hijo de la reina Isabel II ha sido demandado por Virginia Roberts, quien asegura que la agredió sexualmente cuando tenía 17 años
Estado de saludo de Isabel II, en directo
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Ser un príncipe no le va a salvar de la Justicia estadounidense. Ni siquiera esconderse bajo las faldas de la todopoderosa Reina Isabel II, que le ha refugiado durante semanas en Balmoral para evitar -sin éxito- que le entregaran la documentación legal de la demanda interpuesta por Virginia Roberts contra él por abusos sexuales cuando apenas tenía 17 años. No pensó que uno de los miembros de su equipo de seguridad de su casa de Royal Lodge, de Windsor, terminaría por sucumbir, el pasado 27 de agosto, a las tácticas persuasivas del equipo legal de la presunta víctima para que aceptase los papeles, pese a que tenían orden de no hacerlo. Como se puede leer en la demanda: «En este país, ninguna persona, ya sea presidente o príncipe, está por encima de la ley, y ninguna persona, sin importar cuán impotente o vulnerable sea, puede ser privada de la protección de la ley. Hace 20 años, la riqueza, el poder, la posición y las conexiones del príncipe Andrés le permitieron abusar de una niña asustada y vulnerable sin nadie protegerla».
Esconderse y negar las acusaciones una y otra vez desde que salieron a la luz en 2019 no le ha beneficiado en absoluto. Tampoco la desastrosa entrevista -por decirlo de alguna manera- que concedió a la BBC para limpiar su nombre. Dio declaraciones vagas, confusas y contradictorias. Para colmo negó conocer a Virginia Roberts y poco después salió a la luz una imagen suya con la presunta víctima en la casa de Londres de Ghislaine Maxwell, conocida como la madama del fallecido pedófilo Jeffrey Epstein. Lo único que ha conseguido es manchar la reputación de la Familia Real, cuyo único apoyo que le queda en estos momentos además de Sarah Ferguson y sus hijas, es su madre. Se nota que es su hijo predilecto, aunque en estos últimos años le esté dando más quebraderos de cabeza que ninguno. Y ahora que solo le queda más que buscarse una buena defensa, la monarca es quien costea, con su fortuna personal, gran parte de la suma millonaria del equipo legal de su denostado hijo.
Además de su defensa habitual de Reino Unido a cargo del bufete Blackfords LLP, dirigido por Gary Bloxsome, el príncipe Andrés ha contratado recientemente a dos abogados a la altura del caso al que se enfrenta: Andrew B. Brettler y Melissa Lerner. Ambos trabajan estrechamente con el equipo de Reino Unido para ofrecer la mejor defensa posible al hijo de la reina Isabel II.
Graduado cum laude en la facultad de Derecho de Brooklyn, Andrew B. Brettler está especializado en casos de agresión sexual. En la actualidad ejerce la abogacía como socio principal del afamado bufete Lavely & Singer Professional Corporation, con sede en Los Ángeles. Está considerado uno de los mejores litigantes del país y este año su nombre se coló en la lista que realiza anualmente The Hollywood Reporter de los 100 mejores.
Entre su larga lista de clientes se encuentra el conocido como el caníbal de Hollywood, Armie Hammer. Después de varias acusaciones de canibalismo, adicciones y varias causas pendientes de agresión sexual, el actor ha ingresado en una clínica de rehabilitación para limpiar tanto su cuerpo como su imagen pública. El director de cine Bryan Singer, la estrella de Saturday Night Live Horatio Sanz y Danny Masterson, de Aquellos maravillosos 70, han requerido también sus servicios, todos ellos relacionados con casos sexuales.
Su compañera de bufete es la última incorporación al equipo legal del príncipe Andrés. Melissa Lerner se graduó con honores en la facultad de Derecho de la Universidad de Columbia. Está especializada en litigios de propiedad intelectual, delitos de guante blanco y en la industria del entretenimiento. En Hollywood es conocida por ser la que se encarga de ‘tirar la basura’ de los famosos.
El príncipe Andrés ha escogido a dos de los mejores del país, consciente de que toda ayuda es poca. Está en un verdadero aprieto y cuanto más tarde en demostrar su inocencia, si es que lo es, más daño le hará a su reputación y a la de la Familia Real británica. Por el momento se escudan en un documento confidencial que rubricó en 2009 Jeffrey Epstein con la presunta víctima. Le eximía de toda culpa a cambio de una jugosa suma. Según varios expertos podría aplicarse al hijo de Isabel II y salvarle de la demanda interpuesta por Roberts el pasado 9 de agosto en un tribunal federal de Manhattan. Habrá que esperar para saber si este documento les sirve para algo, pero en opinión del letrado de Roberts, nada tiene que ver este con el royal.