Los secretos del testamento de Felipe de Edimburgo
Sus últimas voluntades permanecerán guardadas durante nueve décadas en una caja fuerte en los Reales Tribunales de Justicia de Londres
El Príncipe Felipe de Edimburgo vivió 99 años, casi los mismos que permanecerán en secreto sus últimas voluntades. El testamento del que fue marido de la Reina Isabel II permanecerá guardado aproximadamente nueve décadas en una caja fuerte secreta en Londres en los Reales Tribunales de Justicia junto con los de otros 32 miembros de de la Familia Real. De acuerdo con la legislación británica, cuando una persona fallece, sus deseos se hacen públicos para garantizar su cumplimiento, pero en el caso de los Windsor no.
Aunque no exista ninguna ley que así lo diga, desde hace un siglo es tradición que se sellen «para proteger la dignidad y la posición del papel público del soberano y otros miembros cercanos de su familia». Y con el Duque de Edimburgo no se iba a hacer una excepción. Según la audiencia judicial celebrada el pasado mes de septiembre en la que participaron el albacea testamentario del Príncipe Felipe, los abogados privados de la Reina y el fiscal general, Michael Ellis, así se acordó. Se celebró a puerta cerrada y sin la presencia de los medios de comunicación con la conveniente queja de algunos de ellos, que le reclamaron al juez su decisión.
El presidente del juzgado de familia del Tribunal Supremo, Andrew McFarlane, dictaminó que se debía ocultar al público el testamento del príncipe Felipe durante 90 años, y que «ninguna copia del testamento será dada a conocer en público ni se guardará en los archivos de la Corte». En este procedimiento formal también se estableció quién será la persona que tendrá acceso al mismo, aunque es algo que no ha sido desvelado. Decidió que las solicitudes para abrir los testamentos solo podrían tener lugar después de esa fecha, y aseveró que cualquier reclamación presentada antes era «muy probable que fracasara en ausencia de una justificación específica, individual o privada relacionada con la administración del patrimonio del difunto».
La caja fuerte, que está a cargo Sir Andrew McFarlane, contiene una selección única de testamentos de la realeza que se remontan a 1911 con el príncipe Francisco de Teck, hermano pequeño de la reina María, abuela de la actual soberana. Según lo que ha adelantado la revista People, los últimos que custodia antes que el del Duque de Edimburgo son los de la reina madre y la princesa Margarita, madre y hermana de Isabel II, fallecidas ambas a principios de 2002. También se encuentran las últimas voluntades de Lord Louis Mountbatten, tío de Felipe de Edimburgo, la reina María, esposa del rey Jorge V, y la princesa Beatriz, la hija menor de la reina Victoria.