Fernando León, Álvaro Bultó y Jesús Rollán: los amores y desamores de la infanta Cristina

En un momento clave de su vida sentimental marcado por el desamor que ha experimentado con el exduque de Palma después de conocer la relación extramatrimonial que mantenía con Ainhoa Armentia, su compañera de trabajo, repasamos los grandes amores de la Infanta Cristina. Siempre ha tratado de abordar su vida personal dentro del marco de la discreción y la naturalidad, pero lo cierto es que en determinados momentos de su vida le resultó imposible no convertirse en noticia.

Con tan solo 25 años, la Infanta abandonó el hogar familiar para iniciar una nueva vida marcada por la independencia. Tras terminar sus estudios de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, decidió trasladar su residencia a Barcelona, donde se instaló junto a su prima Alexia y una íntima amiga suya.

Al poco tiempo se supo que además de para empezar a trabajar en la Fundación Cultural La Caixa, se mudó a Barcelona por los sentimientos que le despertó Fernando León, un regatista canario al que conoció durante un curso de vela. Hay quien dice que se conocieron gracias a Carlos Morales, compañero del canario y novio de su prima Alexia, pero muchos otros señalan que quien les presentó fue el Rey Felipe VI.

La pareja no consiguió llevar su relación a buen puerto y la Infanta rehízo su vida junto a otro deportista. El joven afortunado que logró llamar la atención de la hermana de la Infanta Elena no fue otro que Álvaro Bultó, considerado como su primer amor real. Perteneciente a una respetada y adinerada familia catalana, Álvaro estaba especializado en deportes de riesgo como la caída libre o la escalada vertical, de ahí que la Infanta le conociera en la estación de esquí de Baqueira durante una cena entre amigos. Nunca llegaron a confirmar su relación, pero se cree que su amor llegó a superar los tres años. Entre los motivos que indujeron la ruptura se encuentra la imposibilidad de verse todo lo que les hubiese gustado y el malestar de Cristina por la distancia que les separaba. Pese al fin de su romance, ambos acordaron seguir adelante con una bonita amistad que, de manera imprevisible, tuvo un trágico final. El deportista falleció a los 40 años a causa de un grave accidente que sufrió practicando un deporte de riesgo. Su muerte supuso un fuerte golpe para Cristina de Borbón.

Pasado un tiempo la Infanta volvió a encontrar el amor. En su camino se interpuso otro deportista llamado Jesús Rollán. Con él protagonizó una breve, pero intensa historia de amor que llegó incluso a oídos de Zarzuela. Decidieron tomar caminos separados al comprobar que los sentimientos de la exduquesa de Palma estaban muy por encima de los demostrados por el waterpolista. La pareja también apostó por su amistad, pero, al igual que Álvaro Bultó, Jesús perdió la vida con solo 37 años y en un momento en el que trataba de recuperarse de su adicción a las drogas.

Tras este llegó Iñaki Urdangarin, un exbalonmanista que compartía grandes parecidos con las anteriores parejas de Doña Cristina. En su día, se llegó a comentar que era íntimo amigo de Rollán y que fue éste quien les presentó. Todo apunta a que ambos sintieron un auténtico flechazo que hizo que el guipuzcoano decidiese terminar la relación con su pareja, Carmen Camí, y apostar por el amor que sentía por la Infanta.