Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia consolidan su relación con gestos románticos en público

Mucho se ha hablado de la posible reconciliación entre Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina en las últimas semanas. Muchos confiaban en la segunda oportunidad que varios medios de comunicación barajaban tras escuchar el testimonio de fuentes cercanas a la pareja. Pero nada más lejos de la realidad.

Este miércoles de revistas ha venido acompañado de una información que desmiente por completo esta teoría. Así lo ha probado la revista ¡Hola! en la portada de su último número, donde ha plasmado la noticia que confirma que el exduque de Palma y Ainhoa Armentia siguen adelante con su tan comentada relación. Material gráfico con el que se pone fin a cualquier duda que se haya podido generar durante este último mes en el que ha pasado de todo.

Y es que la nueva pareja del momento quiso aprovechar el pasado fin de semana para disfrutar de unos días de amor y desconexión junto a su nueva ilusión. Como de costumbre, el exbalonmanista se coordinó con sus escoltas de tal manera que nadie pudo descubrir el que ha sido su paradero durante poco más de dos días, ni si quiera los más curiosos.

Consiguieron desviar la atención de los medios durante su salida de Vitoria y se mantuvieron tranquilos en su destino sabiendo que nadie tenía constancia de dónde se encontraban y si estaban o no juntos. Sin embargo, fue en su vuelta a casa cuando una desprevenida pareja fue pillada por los fotógrafos. Iñaki se dejó ver regresando a la casa de su madre, en la que reside desde hace tiempo, al mismo tiempo que la analista contable se reencontraba con sus hijos.

Pero esto no es todo, la mencionada publicación también ha tenido acceso a unas imágenes que prueban, de manera inequívoca e irrefutable, que lo que hay entre Iñaki y Ainhoa es mucho más que un affaire. Van en serio y así lo han demostrado durante su asistencia a una de sus clases de yoga.

Desde el momento que les pillaron juntos, decidieron realizar la entrada y la salida del trabajo por separado con el objetivo de no dar pistas a la prensa de que su relación iba viento en popa pese a la polémica desatada desde que vieron la luz sus primeras imágenes juntos. Todo apuntaba a que solo coincidían en el interior del despacho durante las ocho horas que duraban sus respectivas jornadas laborales, pero ahora parece que tan solo se ha tratado del plan estratégico de Urdangarin para no levantar sospechas.

Al final todo se acaba sabiendo. Cuando parecía que lo tenían todo controlado, las cámaras les pillaban a las puertas de la escuela Sanatana Dharma besándose apasionadamente sin llegar a pensar que podían ser retratados. Quizá, todo esto formase parte de un plan ideado para dar a entender que se niegan a seguir escondiéndose.

Sea como fuere, lo único cierto es que fueron a la misma clase, que entraron por separado, y que antes de marcharse del lugar se fundieron en un sentido beso retratado a través de un cristal traslúcido, que acabó con los rumores de reconciliación entre el guipuzcoano y la hija del Rey Juan Carlos. Su romántica despedida en el interior del centro resolvió todos los enigmas que acompañan a la polémica desde hace exactamente 30 días.

Urdangarin y su compañera de trabajo están dispuestos a seguir adelante con su historia de amor le pese a quien le pese. Y todo esto en un momento en el que Doña Cristina sigue inmersa en un periodo de reflexión en el que permanece arropada por todos sus hijos.