Sandra Bullock: dos compromisos fallidos y dos amores de rodaje hasta conocer al amor de su vida

Cuando Sandra Bullock se casó en una ceremonia privada en Santa Bárbara, California, con el televisivo Jesse James pensó que su matrimonio duraría de por vida. A diferencia de muchos otros actores de su fama que cambian de pareja como de chaqueta, la reina de las comedias se toma muy en serio la institución del amor. «Nunca me había permitido ser querida o protegida de esta manera en una relación. No es casualidad que mi trabajo mejoró en el minuto en el que lo conocí: no puedo fallar porque tengo mi hogar», dijo. Pero se equivocó de persona. Tras cinco años casada, su vida se desmoronó en el año 2010 tras las reiteradas infidelidades de su marido, la última con la modelo de tatuajes Michelle Bombshell McGee, con la que llevaba once meses. La cosa terminó en un previsible divorcio.

Le costó sobreponerse de aquel bache, pero lo hizo apoyándose en su hijo Louis, que acababa de adoptar, y en su hija Laila, que llegó cinco años después del divorcio (también adoptada). Pasó mucho tiempo sin darse la oportunidad de volver a enamorarse hasta que apareció en su vida, como una de las muchas comedias que ha protagonizado a lo largo de su prolífica carrera como actriz, el fotógrafo Bryan Randall, quien consiguió sanar las heridas del corazón de Bullock. Se gustaron nada más conocerse en la boda de Jennifer Aniston con Justin Theroux, pero no comenzaron a salir hasta que Randall le hizo unas fotografías a su hijo por su quinto cumpleaños.

Encajaron a las mil maravillas y pronto decidieron compartir casa. Randall hace de padre para sus hijos, que son lo más importante de su vida y por los que la actriz ha anunciado hace unos días que deja temporalmente la interpretación para dedicarse a ellos.

Un compromiso frustrado

Mucho antes de que apareciese en su vida el fotógrafo, su gran amor, vio en Tate Donovan a su compañero de vida y no solo de profesión. Se enamoraron en la grabación de la película Love Potion Nº9, en 1990, y dos años después se comprometieron, pero la cosa no llegó a buen puerto. El actor terminó enamorándose de Jennifer Aniston. «No creo que alguna vez me pueda recuperar de algo que ha sido tan auténtico... Me cuesta mucho enamorarme. Un montón», confesó Bullock en una entrevista en 1996 con la periodista Barbara Walters.

Fue un chasco para ella que no olvidó hasta que apareció en su vida Matthew McConaughey, con el que se dice que en su día mantuvieron algo más que una simple amistad. Hoy siguen muy unidos.

No fue el único gran actor que ocupó su corazón. Con Ryan Gosling llegó a mantener una relación que terminó por la diferencia de edad entre ellos –ella tenía 37 y él 22 años–. «Somos solo amigos, aunque agregarle el 'solo' podría ser una mentira, así que simplemente voy a decir que somos amigos», decía ella. Sin embargo, el intérprete, ahora felizmente casado con Eva Mendes, fue mucho más directo, aunque años después. «Tuve a dos de las mejores novias del mundo. No conocí a nadie que pudiera superarlas», dijo haciendo referencia a Bullock y a Rachel McAdams.