Julian Assange se casa en la cárcel con su exabogada Stella Moris
Con la única presencia de seis invitados y dos guardias (que ejercieron de fotógrafos) sellaron su amor en el horario de visitas ante un funcionario del registro civil
Lo vivido este miércoles por la tarde en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, al sureste de Londres, bien podría ser el guion de la próxima comedia amorosa de éxito de Hollywood. Julian Assange y la abogada sudafricana Stella Moris se dieron el «sí, quiero» en este peculiar lugar en el que se encuentra recluido el fundador de Wikileaks desde 2019. Con la única presencia de seis invitados (la madre de la prometida, el hermano y padre del activista y los dos hijos de los recién casados), y dos guardias (que ejercieron de fotógrafos) sellaron su amor en el horario de visitas ante un funcionario del registro civil.
Aunque con la peculiaridad de la celebración en una cárcel, no faltaron algunas de las tradiciones en toda boda: una pastel acorde a la ocasión de tres pisos, un baile y un brindis con los presentes. Ni siquiera un vestido de novia, que, para la ocasión, Moris lució uno en color gris, diseñado por la británica Vivienne Westwood, un largo velo con las palabras bordadas de «salvaje» o «ardiente» y un ramo de flores en mano. Por su parte, el novio optó un kilt, la tradicional falta escocesa en honor a sus padres.
«No sé qué decir, estoy muy feliz, estoy muy triste, te quiero Julian con todo mi corazón y me gustaría que estuvieras aquí», dijo Moris muy emocionada cuando salió de la ceremonia dejando atrás a su marido y asegurando que lo que están viviendo es inhumano: «Él es la persona más increíble del mundo y debería ser puesto en libertad. Pero nuestro amor nos sostendrá». A su salida se encontró con una comitiva de seguidores para hacerle más llevadera la despedida.
Moris, Sara González Devant de nacimiento, se unió a la defensa de Assange en el año 2011 cuando el periodista fue acusado de varios cargos de abusos sexuales que posteriormente se desestimaron. Poco tardaron en enamorarse durante su estancia en la embajada ecuatoriana de Londres. «Nos hicimos amigos y vimos películas juntos. No fue fácil pero cuando estás con alguien a quien amas puedes hacer posible situaciones imposibles», contó hace unos años la letrada.
Ahora solo esperan que esta pesadilla termine: «Tenemos la fuerza de nuestro amor y nuestra justa convicción. La familia de Julian luchará por su libertad y por su vida, hasta que sea libre. Amor sobre el miedo».