Roc Agel, el palacio de los Grimaldi donde se refugia Charlene de Mónaco

Fue hace dos semanas cuando la Casa Real de Mónaco anunció la noticia más esperada: la Princesa Charlene volvía a Montecarlo después de pasar varios meses ingresada en una exclusiva clínica especializada de los Alpes Suizos a la que acudió tras la grave infección otorrinolaringológica que sufrió durante su viaje a Sudáfrica.

Así lo anunciaba el propio Principado a través de un comunicado: «Como resultado de su alentadora recuperación y la aprobación de su equipo médico, la Princesa Charlene continuará a partir de ahora su recuperación en el Principado, junto a su esposo y sus hijos […]. Las próximas semanas deberían permitir que la princesa Charlene fortaleciera aún más su salud antes de reanudar gradualmente sus deberes y compromisos oficiales».

Con estas palabras, se esperaba que la ex nadadora volviese al palacio familiar donde residía con su marido y sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, hasta que pudiese retomar su actividad institucional. Sin embargo, es cierto que el Principado nunca confirmó su regreso al tradicional Palacio del Príncipe donde reside el monarca.

Y es que tal y como informa el diario francés Voici, el matrimonio está viviendo una dura crisis matrimonial en la que, incluso, estarían discutiendo sobre un posible divorcio, esperado por la Princesa, pero temido por el Príncipe, quien parece estar dispuesto a dejar que se aleje del Palacio Grimaldi para evitar una despedida definitiva. «Está dispuesto a todo», escribe el medio francés.

La residencia de los príncipes monegascos parece ser para ella un lugar de «malos recuerdos» y un espacio, por lujoso e inmenso que sea, para compartir con su cuñada Carolina, con quien las relaciones parecen haber sido bastante tensas desde hace algún tiempo.

Los medios monegascos y franceses aseguran que la condición sine qua non, para no divorciarse, que plantea la exatleta olímpica, nadadora y modelo africana sería la posibilidad de vivir en Roc Angel. La residencia en el municipio de Peille, en el monte Agel, fue el nido de amor de Grace y Rainiero III de Mónaco. Lamentablemente, también está ligada a la historia trágica de la familia, ya que fue el último lugar en el que se hospedó Grace Kelly. La Princesa salió del que consideraba su lugar favorito y refugio el 13 de septiembre de 1982 y poco después sufrió un accidente automovilístico que acabó con su vida y en el que ella misma conducía.

Esta maravillosa casa de campo con vistas a las aguas azules de la Costa Azul sería ahora el lugar en el que Charlene se refugiase para completar su periodo de descanso y, así, terminase de recuperarse para poder volver a cuidar de sus hijos y cumplir con sus deberes oficiales con el tiempo. A pesar de estar equipada con todas las comodidades, incluidas piscinas, pistas de tenis y jardines fragantes, ha mantenido intacto el encanto de la casa colonial de antaño y el sabor de una finca de lujo.

Además, alberga 56 hectáreas con cultivos ecológicos que, desde 1960, abastecen las cocinas del Palacio, así como vacas y alrededor de 200 gallinas. Aunque fue construida en esta época, en 2015 la Princesa Charlene decidió remodelar algunos espacios «por cuestión de gusto», quién sabe si augurando lo que ocurriría años después.