El contrato confidencial que obliga a Charlene de Mónaco a seguir con el Príncipe Alberto
La princesa ha firmado un contrato confidencial con su marido para seguir casada y apareciendo en actos públicos, según la revista Voici
El regreso de Charlene de Mónaco a la vida pública podría ocultar algo más. Después de un año de ausencia por motivos de salud, la princesa apareció por vez primera el pasado 30 de abril en un evento deportivo en Mónaco junto a su marido, el príncipe Alberto, y sus hijos: el príncipe heredero Jacques y la princesa Gabriella. Reaparecía de nuevo este fin de semana en un segundo acto en un partido de rugby. Sin embargo estas dos apariciones podrían no ser motivadas por su obligación con Mónaco.
La revista Voici asegura que su permanencia en el Principado responde a la buena suma de dinero que le paga su marido al año: 12 millones de euros por seguir representando a la Casa y no separarse de él. Las condiciones las habrían establecido en un acuerdo ultraconfidencial que Charlene de Mónaco le obligó a firmar antes de su vuelta, según la citada publicación.
Eso sí, en el caso de que la princesa decidiese establecerse por su cuenta en Suiza y poner fin a lo firmado en el contrato, sus hijos, su otra razón de peso para seguir allí, continuarían en Mónaco para proseguir con sus estudios. En ese aspecto no ha podido salirse con la suya.
Este contrato explicaría las razones del inesperado regreso tras un año de ausencia, en el que se ha llegado a publicar la inminente separación del matrimonio, haciendo mención a fuentes muy cercanas al príncipe. Charlene de Mónaco estuvo seis meses en Sudáfrica aquejada por una infección otorrinolaringológica que le impedía tomar un vuelo para regresar a casa con su familia. Fue operada hasta en tres ocasiones antes de que los médicos le diesen el alta y cuando aterrizó en Mónaco, el pasado 8 de noviembre, decidió ingresar en un exclusivo y carísimo centro de salud mental para recuperarse.
Meses de ausencia que solo hicieron más que provocar que se acrecentasen los rumores de crisis que circulan desde prácticamente el día de su boda pese a las explicaciones del Principado y del propio Alberto de Mónaco. Y es que, como ya reconoció recientemente al semanario italiano Oggi la escritora Vera Dillier, una amiga íntima del príncipe, «entre ellos nunca existió una relación estrecha o un gran amor». Y añadía: «En Palacio no es un secreto para nadie. Charlene aparece de vez en cuando, en algún acto público, para demostrar que todo va bien. En definitiva, trata de mantener las apariencias». En la misma entrevista ya afirmaba que la pareja había llegado a un acuerdo por el bien de sus hijos, de los que la princesa no se quiere separar.