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La hermética vida de Alexandra de Luxemburgo, la Princesa (por partida triple) más desconocida de Europa
Es filósofa, habla seis idiomas, ha trabajado para Naciones Unidas y, hasta ahora, se desconocía que tuviera novio
Luxemburgo vivirá un 2023 repleto de excepcionales acontecimientos. Al nacimiento del segundo hijo de los grandes duques herederos, Guillermo y Estefanía, se une ahora la futura boda de Alexandra de Luxemburgo y Nicolas Bagory. La pareja contraerá matrimonio en la primavera del próximo año, tal y como han adelantado a través de un comunicado publicado el pasado 7 de noviembre.
«Sus Altezas reales Gran Duque y la Gran Duquesa tienen la gran alegría de anunciar el compromiso de su hija, su alteza real la princesa Alejandra con el señor Nicolas Bagory. Nacido el 11 de noviembre de 1988, el señor Bagory creció en Gran Bretaña. Se ha formado en Estudios Clásicos y Ciencias Políticas y ahora trabaja en la creación de proyectos sociales y culturales. La boda tendrá lugar en primavera. Ambas familias se suman a la felicidad de los novios con gran cariño».
Se producirá, por tanto, el enlace de una de las princesas más desconocidas para el público europeo. Pese a que llevar un título así suele estar acompañado de copar titulares y despertar el interés general por cualquier aspecto de su vida, Alejandra de Luxemburgo, siempre ha destacado por sus dotes académicas. De hecho, hasta ahora no solo se desconocía que tuviera pareja, sino que, en algún momento del pasado, la hubiera tenido. El único apunte se realizó en 2018 cuando una revista de corazón de su país la relacionó con un joven francés con el que se la vio pasear por París, donde entonces residía.
Una verdadera princesa erudita que se graduó con honores en secundaria en el bachillerato literario y se trasladó a Estados Unidos para completar su formación con un curso en psicología y ciencias sociales. Posteriormente, volvió al continente para licenciarse en París en Filosofía, con una especialidad en ética y antropología. Después, tras pasar tiempo en el Trinity College, se formó con un máster en estudios interreligiosos de la Escuela Irlandesa de Ecuménicos con especialización en resolución de conflictos.
Es precisamente esto último lo que le ha despertado más interés que nada y le llevó a realizar unas prácticas en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York. Los seis idiomas que habla –luxemburgués, francés, inglés, español, alemán e italiano– también tuvieron mucho que ver para conseguir este puesto y para trabajar como voluntaria en más de una ocasión con refugiados de distintos países.
Durante los primeros 20 años de su vida, estuvo excluida de la línea de sucesión. Sin embargo, en 2011, una reforma de la regla de primogenitura permitió que las mujeres optaran al trono, aunque, en su caso, es la seis en hacerlo, después de dos de sus hermanos mayores, el Príncipe heredero Guillermo y los Príncipes Félix y Sebastián, y varios sobrinos (su hermano Luis renunció a sus derechos de sucesión y a los de sus hijos en 2006). Como ellos, tiene el tratamiento de Alteza Real desde la cuna y es princesa por partida triple: lo es de Luxemburgo, pero también de Nassau y de Borbón-Parma, casas reales que se unieron tras el matrimonio de sus abuelos.
A pesar de ello, suele mantener un perfil bajo bastante alejado de los actos oficiales. En 2017, cuando el miedo a volar de la gran duquesa María Teresa, su madre, le impidió viajar con su marido, el gran duque Enrique, en su visita de Estado a Japón, decidió ir en su lugar y apoyar a su padre en los encuentros que tuvo con diferentes mandatarios y representantes nipones durante tres días. Ese viaje fue el único momento en el que más protagonismo adquirió la Princesa, que verá su anonimato vulnerado con su próxima boda.