El delicado momento profesional y personal de María Teresa Campos

María Teresa Campos lleva tiempo alejada del foco mediático. Sin embargo, el hecho de ser una de las presentadoras más icónicas de la televisión nacional ha provocado que la notoriedad sea algo que todavía la siga acompañando. Cada uno de sus pasos son noticia, al igual que las breves declaraciones que suele realizar en sus cada vez más puntuales apariciones públicas, y las novedades de su vida, actualizada de cuando en cuando por sus hijas, Terelu Campos y Carmen Borrego.

No cabe duda de que la malagueña ha sido uno de los rostros femeninos del panorama social que más titulares ha copado en este 2022, pues, si por algo se ha caracterizado su último año, eso es por los constantes cambios que ha ido experimentado en muchas facetas de su vida. Su año empezó cuando ya había abandonado su mansión de Las Rozas para mudarse a un ático de 250 metros cuadrados ubicado en Aravaca, muy cerca de la casa de su hija Terelu. Un cambio de vida que llevaba buscando bastante tiempo y que, por tanto, celebró por todo lo alto.

Otra de las mayores alegrías que se ha llevado María Teresa en los últimos meses tiene que ver con un galardón. La presentadora vio reconocida su intachable trayectoria profesional a través del Premio de Andalucía al Periodismo que recogió en Sevilla arropada por sus dos hijas.

Pero no todo ha sido bueno y positivo. La denominada ‘reina de las mañanas’ también ha visto cómo de un día para otro se ha quedado sin trabajo, entre otras cosas, por su avanzada edad. Ha vivido, por tanto, una especie de jubilación forzosa que ha querido denunciar en más de una ocasión. En su última visita al programa de Anne Igartiburu, llegó a expresar su deseo de volver a trabajar en la televisión haciendo un llamamiento a todo aquel que estuviese interesado en ella: «Sé que soy mayor, pero no sé por qué no hay un sitio en ninguna televisión de este país para mí. Necesito trabajar porque este trabajo, aunque sea un poquito, llena mi vida y así no estoy en mi casa sentada»; confesó.

Su salud ha sido otro de los asuntos que más han preocupado tanto a la andaluza como a su entorno en los últimos tiempos. Fue el pasado verano cuando, de manera totalmente inesperada, Carmen Borrego anunció que su madre necesitaba toda la atención de sus hijas, lo que, además de generar un auténtico revuelo mediático, dio a entender que los años ya estaban empezando a causar estragos a la que tal vez sea una de las periodistas más icónicas y representativas de la televisión española: «En estos momentos nos corresponde a todos estar a la altura de lo que ella nos ha dado. Mi madre me necesita y me necesita ella más a mí que yo a ella», expresó la colaboradora de Sálvame. «Me encuentro bien. Me podría encontrar mejor, pero estoy pasable», aclaró la propia María Teresa tan solo unos días después.

A todo esto, es necesario sumarle las diferentes polémicas que han rodeado a María Teresa en este último año, aquellas relacionadas con su comentada ruptura con Edmundo Arrocet, con su supuesto distanciamiento de Rocío Carrasco, con los pequeños enfrentamientos que han surgido entre sus hijas y su nieta, Alejandra Rubio, y también la que tiene que ver con Paola Olmedo, la esposa de su nieto, que se vio ubicada en el ojo de huracán tras ser pillada criticando al mediático clan.