El día que Ana Belén dio un portazo al comunismo

De Lavapiés a los escenarios más reputados. Ana Belén cumple 72 años con una carrera prolífica que la ha convertido en un rostro habitual del panorama social. Su currículum profesional comenzó a escribirlo cuando tan solo tenía 13 años. Se la consideró una niña prodigio como a Marisol y, siguiendo su estela, también le cambiaron su nombre artístico, ignorando por completo su nombre de pila, el cual es María del Pilar Cuesta Acosta.

Sus orígenes son muy humildes. Es hija de una portera y de un cocinero y su infancia en el barrio madrileño mencionado le hizo crecer con unos ideales que siempre ha defendido. Más allá de su gran carrera musical, su imagen siempre ha estado ligada a una ideología política muy definida. Se la llegó a considerar un símbolo antifranquista en la época de la dictadura por sus constantes revelaciones que dejaban entrever su afinidad con el comunismo.

Junto a sus pensamientos políticos inamovibles se encontraba Víctor Manuel, su pareja desde hace décadas y su compañero artístico encima del escenario. A pesar de que los temas que interpretaron uno al lado del otro fueron un auténtico éxito de la época, lo cierto es que su oposición a la dictadura y su libertad de expresarlo, en algún momento les provocó el veto de algunos lugares. De hecho, Víctor Manuel llegó a ser detenido en más una ocasión.

A pesar de la larga lista de altercados y oposiciones a las que se tuvieron que enfrentar, Ana Belén nunca dejó su ideología de lado. El tiempo fue pasando y no fue hasta 2019 cuando esta imagen cambió. La artista concedió una entrevista a Vanity Fair donde el entrecomillado que encabezaba el contenido de sus declaraciones dio la vuelta al mundo: «Ya no me considero comunista», manifestaba la madrileña, dando así portazo con la imagen que le había representado hasta ese momento. Añadía que incluso en la época en la que militaba en el PCE, el sistema de la Unión Soviética nunca fue un modelo para ella. Continuaba explicando que nunca le ha gustado tener que soportar el peso de ciertas etiquetas como el mote de la sonrisa del PCE: «Las etiquetas siempre me han rechinado tanto… Te las ponen porque te quieren halagar, pero es un peso que no estoy dispuesta a asumir», decía.

La izquierda caviar

Cabe destacar que, tiempo antes de que concediera esta entrevista, los pensamientos políticos de la cantante siempre han estado en el punto de mira para muchos y es que había quienes la posicionaban como integrante de la llamada «izquierda caviar». Y es que más allá de sus declaraciones partidarias al comunismo, su estilo de vida se desligaba un poco de aquella imagen tan radical. Ana Belén, junto a su pareja, siempre han vivido en casas que dejan entrever el lujo que les rodeaba. Tras vivir varios años en una finca de Torrelodones, se mudaron a un piso cercano al parque Berlín del distrito de Chamartín, una de las zonas más prestigiosas de la capital.

Más allá de sus propiedades, siempre ha invertido una gran cantidad de dinero en diseñadores que la confeccionaran los mejores trajes de cara a sus contrataciones artísticas. Diseñadores de alta costura que no todo el mundo ha tenido el placer de poder contar con sus servicios. Jesús del Pozo o Ulises Mérida fueron algunos de los profesionales de lujo que trabajaron para la reconocida artista.

Por otro lado, el poder permitirse vivir alrededor de esta opulencia viene también de la mano de los altos sueldos que cobraba junto a Víctor Manuel por sus actuaciones. El mes de agosto de 2015 cobraron un total de 60.500 euros por su actuación durante las fiestas de A Coruña celebradas en la plaza de María Pita. Un hecho que deja de nuevo entrever el alto estatus del que siempre ha estado rodeada.