El motivo por el que Joana Sanz sigue apoyando a Dani Alves

Por primera vez desde que Dani Alves fue acusado de violación a una joven en la discoteca Sutton de Barcelona, Joana Sanz ha roto su silencio en una conversación con Vanitatis, por la que, reitera, que no ha recibido compensación económica.

La modelo explica que solo había pasado una semana de la muerte de su madre cuando se entera, por la prensa, de la acusación de su marido. «Yo no daba crédito a nada. Me quedé en shock. Y todo me parecía gravísimo. Él entró en prisión sin haber pruebas. No nos olvidemos de que fue a declarar voluntariamente. Que no tuvo ninguna notificación para ir a hacerlo, nadie se lo pidió».

El exfutbolista fue mandado a prisión por riesgo de fuga, donde ha permanecido desde entonces y a donde se traslada Joana siempre que visita Barcelona por trabajo. Le ve a través de una pantalla de cristal y hablan a través de un teléfono en una sala en la que no gozan de privacidad. «Aún no he podido ni insultarlo», explica al mismo tiempo que reconoce: «Necesito saber que anímicamente está bien, para yo estar tranquila. Me preocupa que está en un sitio donde le puede pasar algo. No puedo evitar preocuparme por él, pero eso no significa que no esté dolida por lo que me ha hecho».

En su amplia conversación, la modelo reconoce en varias ocasiones que cree en la inocencia de su hasta ahora marido y que se toma la acusación de violación como una infidelidad. «Conociéndolo, puedo decir que Dani no es una mala persona. Que ha metido la pata con nuestro matrimonio, hasta el fondo, sí. Pero creo que él nunca hubiera hecho eso siendo consciente de que podía perderlo todo. Es demasiado grave».

Sobre las distintas versiones que el deportista ha realizado en sus declaraciones durante el proceso judicial, Sanz apunta que cree que lo hizo por ella: «Pienso que lo hizo por mí. Por no darme otro palo. Cuando entró en prisión, hacía una semana que mi madre se había muerto y supongo que no quería hacerme sufrir más. Creo que no quería contarlo para evitar provocarme más dolor en el peor momento de mi vida».

A pesar de considerarle inocente, la tinerfeña no contempla ninguna vía para la reconciliación. Está en un momento en el que le gustaría ser anónima, aunque a día de hoy resulte inviable. Se encuentra «mal, triste y asustada», está recibiendo ayuda psicológica para mejorar su salud mental y reconoce ser una víctima más del proceso porque le «está tocando lidiar con algo que me he encontrado».

Aunque al principio solo quería huir de España para evitar la tormenta mediática, finalmente se ha instalado en Madrid, donde desarrolla una carrera profesional como modelo que, agradece que no se haya visto resentida por la polémica. Pensó irse a París, pero Alves no se lo permitió ni quiso ayudarla económicamente. «Obviamente yo me lo tomé a mal, porque nunca en la vida le he pedido nada, siempre me lo he gestionado yo sola todo, y sin embargo he visto como a sus amigos y a personas que acababa de conocer los ayudaba en todos los sentidos».

Incluso en esta circunstancia sale en defensa del futbolista y asegura que intentó retenerla en España para no perder el contacto con ella. «Me dije a mí misma que tenía que salir adelante sola, así que me he buscado la vida como hago siempre».