Submarino perdido La maldición del Titanic que anticipó James Cameron
Son varios los testimonios que aseguran que el barco condenaba a quienes le daban la espalda
Jorge Gómez, oficial de la Armada: «Un sumergible como el del Titanic es una locura desde el primer momento»
Más de 111 años después de su naufragio, el Titanic vuelve a estar de actualidad por un triste motivo. El planeta permanece en vilo ante el rescate de los tripulantes de Titan, el sumergible que desapareció en el Atlántico Norte el pasado domingo. Sus cinco pasajeros estaban realizando una expedición para ver de cerca los restos del famoso barco, hundido a 3,8 km de profundidad y a casi 640 km al sureste de la costa de Terranova en Canadá, cuando se quedaron atrapados.
Las maniobras de salvamento por mar y aire no cesan. La Guardia Costera Estadounidense trabaja sin descanso y con la ayuda del buque francés L'Atalante y el canadiense Horizon Arctic con el fin de encontrar a los viajeros, para quienes el tiempo corre contrarreloj. De hecho, las últimas informaciones cuando se escribe este artículo son desesperanzadoras y apuntan a que se ha cumplido ya el plazo que se dio para estimar el final del oxígeno en la cabina del Titan.
Este suceso ha devuelto el Titanic a nuestras vidas más de un siglo después de su infausto viaje que se cobró la vida de 1.517 personas que viajaban en él. Tan solo habían pasado cuatro días cuando un choque contra un iceberg desató una de las grandes tragedias del siglo XX. Sin embargo, lo cierto es que este desastre siempre ha estado envuelto por un aura que por momentos parecía maldita, así como por una fascinación que caminaba con un pie sobre la realidad y lo tangible, pero con el otro se balanceaba sobre la ficción y lo incierto.
Teorías sobre el hundimiento ha habido para dar y tomar. Sin embargo, llama la atención ver, por ejemplo, como 14 años antes del naufragio del Titanic, el escritor Morgan Robertson publicó una novela llamada The Wreck of the Titan, en la que vaticinaba el accidente. En sus páginas, narra cómo un crucero llamado –casualmente- Titan se hunde tras golpear un iceberg en algún punto del Océano Pacífico, ocasionando varias muertes ante la falta de botes salvavidas. Asimismo, durante la construcción del Titanic, que se llevó a cabo 1909, en Belfast, Reino Unido, murieron ocho obreros. Era demasiada mala fortuna.
Esa es otra de las a priori surrealistas historias que se han contado. ¿Hay una momia dentro del barco? Según el periodista William T. Stead, que iba a bordo del Titanic, había «una momia de la mala suerte», cuyo sarcófago pertenece a una sacerdotisa del dios Amón Re.
Los expertos en el pecio, como es el caso del presidente de la Fundación Titanic, Jesús Ferreiro, tienen su propia teoría maquiavélica sobre la embarcación. Es más, este señala como héroe al director de la película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, que bajó en hasta 33 ocasiones a ver los restos del crucero: «James Cameron es la persona que más ha bajado al pecio y él siempre dice que con él ha logrado 33 milagros. Subir es un milagro, por eso soy muy pesimista a la viabilidad de que se encuentre con vida a los tripulantes».
El propio Ferreiro muestra un respeto sin parangón ante las leyendas que rodean a la que probablemente sea la embarcación más famosa del planeta: «El que le da la espalda al Titanic recibe su maldición, está comprobado».