Dabiz Muñoz se pronuncia sobre sus problemas de salud

Vanguardista, provocador, pero ante todo talentoso. Dabiz Muñoz puede presumir de haber conquistado el firmamento gastronómico a base de trabajo y esfuerzo. Al frente de Diverxo, el único restaurante madrileño con tres estrellas Michelin, de RavioXO, una estrella Michelin, de StreetXO y el delivery GoXO no baja el ritmo. Hace un mes se estrenó, además, como padre de la pequeña Laia, junto a su pareja Cristina Pedroche.

Cercano con sus seguidores a través de las redes sociales, el cocinero de 43 años se ha sincerado sobre el motivo detrás de su gran cambio físico. Muñoz ha relatado los problemas de salud que padece, derivados de una relación compleja con la alimentación. En un post de Instagram asegura que llevaba un tiempo encontrándose mal y después de Semana Santa decidió enfrentar el problema. «Me hice unos análisis de sangre y unas pruebas del aparato digestivo porque me sentía mal en general. Los análisis salieron regular en glucosa, colesterol y un par de indicativos más que hicieron que el médico me sacase tarjeta amarilla», escribe.

En aquel momento, además, no estaba practicando deporte y tenía numerosos síntomas. «Estaba cansado todo el día, dormía mal y con muy poca energía», ha explicado. «Quizás cuando era joven, me valía todo, pero está claro que a mis 43 años, tengo que cuidarme si quiero seguir haciendo todo con la máxima intensidad, dedicación, esfuerzo y sacrifico a la que estoy acostumbrado», ha añadido.

Hace cuatro meses y medio, se puso en manos de un amigo nutricionista. Le transmitió que no solo lo que comes importa, sino cómo lo comes, cómo lo combinas y sobre todo, cuándo lo comes, lo más importante.

El chef confiesa que no ha seguido la dieta al cien por cien, ya que el mundo de la cocina le obliga a probar muchos productos durante mucho tiempo, pero con «mucha fuerza de voluntad y disciplina» trató de cambiar sus hábitos y empezó a sentirse mejor. También redujo la ingesta del alcohol prácticamente a cero.

Respecto al ejercicio, siempre ha sido un gran corredor y asegura que quizá este no sea el mejor deporte, una práctica que le producía «mil dolores y lesiones». «Ahora sigo corriendo, me flipa, pero lo cruzo con otros deportes que me divierten también mucho, como la bici, el pádel, el yoga… y, sobre todo la fuerza, que también he entendido, que para hacer otros deportes de impacto, la fuerza es mandatoria y obligatoria».