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La Infanta Elena en una imagen de archivo

La Infanta Elena en una imagen de archivoGTRES

La intensa aventura de la Infanta Elena en Brasil

La hija mayor del Rey Juan Carlos ha mostrado su faceta más solidaria

La Infanta Elena se ha desplazado a Brasil para supervisar el desarrollo de las iniciativas sociales apoyados por la Fundación Mapfre, de la cual ella es directora de proyectos. La hermana del Rey Felipe VI llegó allí el pasado lunes 18 de septiembre, con una inmensa agenda repleta de diferentes compromisos, todos ellos con un trasfondo solidario que vuelven a dejar claro su compromiso.

Uno de los primeros que ha llevado a cabo en el país presidido por Lula da Silva fue visitar la escuela sociodeportiva que la Fundación Real Madrid tiene en la ciudad de São Paulo. A su lado, el director de Fútbol del club blanco, Santiago Solari. El que fuera entrenador del primer equipo en la temporada 2018-2019 goza actualmente de un rol más institucional y alejado de los banquillos.

El argentino y la Infanta Elena estuvieron conociendo las instalaciones del proyecto. Allí fueron recibidos por los responsables de la congregación salesiana, en una ceremonia que contó con la presencia de los menores beneficiarios, quienes realizaron demostraciones culturales de poesía, danza y capoeira. El padre Bruno Calderaro tomó la iniciativa para arengar que «es un privilegio continuar la misión educativo-evangelizadora de Don Bosco a través de las asociaciones hechas en nombre de los destinatarios de nuestra Obra». Por su parte, Julio Domingo Souto, director de la Fundación Mapfre –y jefe de la Infanta- reivindicó la importancia de la organización que lidera: «Trabajamos en 30 países brindando oportunidades de desarrollo integral para niños y adolescentes. Nuestra herramienta de transformación es la educación y ese es un valor innegociable».

La labor de la escuela de São Paulo contribuye al desarrollo físico, cognitivo, psicológico y social de 245 niños, niñas, adolescentes y jóvenes de las comunidades de los centros comunitarios Santa Luzia y São Nicolau. Además de las actividades de educación en valores, ofrecen a los beneficiarios meriendas saludables, talleres y actividades socioeducativas, culturales y recreativas.

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Entre otras de las tareas que ha realizado la Infanta Elena en Brasil hay que destacar su apoyo al proyecto Comunidad en Movimiento de la Fundação Julita, que ofrece asistencia en educación, alimentación, salud y orientación profesional en el barrio Jardim São Luís. Este distrito está lleno de favelas y los niños apenas tienen posibilidades de salir adelante. En la actualidad, dicha labor atiende a unas 1.300 personas al día, sobre todo, adolescentes, jóvenes y adultos mayores en situación de vulnerabilidad social. La hermana de Cristina de Borbón participó en una mesa redonda con varios jóvenes que se benefician del programa y recorrió las instalaciones de las unidades del centro en compañía de Jânio de Oliveira, director de dicha fundación.

Durante este desplazamiento a Sudamérica, Doña Elena también ha podido conocer los resultados del programa de Voluntariado Corporativo, así como realizar una breve visita a la Secretaría de Educación de São Paulo.

Las otras dos citas ineludibles de la Infanta en Brasil fueron con el mismo objetivo. Por un lado, estuvo en instalaciones del programa Na Pista Certa (en la pista correcta), un espacio escenográfico, modular e itinerante en el que se apuesta por hacer experiencias lúdicas y pedagógicas de tránsito con niños de edades que van de los cinco a los nueve años. Por último, el pasado jueves, Elena de Borbón clausuró su agenda dejando su huella en la Liga Solidaria, un programa de cooperación internacional que busca garantizar alimentación de niños y adolescentes de comunidades pobres. Cabe destacar que en ninguna de sus actividades concedió declaraciones a los medios de comunicación.

Como nota curiosa hay que rescatar una de las últimas visitas a Brasil de la Infanta Elena. Fue hace justo 14 años y también de la mano de la Fundación Mapfre cuando se dejó ver en el Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) para asistir a una exposición del fotógrafo estadounidense Walker Evans. En aquella ocasión aún reinaban Don Juan Carlos y Doña Sofía, mientras que su hija estaba a pocos meses de anunciar su divorcio de Jaime de Marichalar.

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