La falta de decoro de Armengol en el Congreso
La presidenta y algunos diputados desprecian la institución con una vestimenta propia de un chiringuito de playa
La chabacanería y el mal gusto se ha instalado en el Congreso. La presidenta Francina Armengol no sabe distinguir el código de vestimenta que rige en el chiringuito de la playa respecto al de la Cámara Baja. No procede presentarse en vestido de tirantes y un collar de cuentas al estilo hippy, como hizo este viernes, ya preparada para irse de fin de semana, quizá a Magaluf.
Armengol se ha sentado en la butaca del Congreso desde el martes con los hombros descubiertos. Qué menos que una americana para desempeñar como tercera autoridad del Estado. Marta Lois, la portavoz de Sumar, también enseñó bíceps en la primera jornada del debate, con un top sin mangas. El viernes la pillaron sacando el móvil para tomarse un selfi con sus compañeros de bancada, como si estuviera en el pub. Que el bronco Óscar Puente combine el traje con las zapatillas de deporte tampoco sorprende.
Quién nos iba decir que al final la filoetarra Mertxe Aizpurua, con su corte de pelo al hacha, sería la que rescatase una americana arrugada del armario, como el que guarda una corbata vieja en el cajón de la oficina. Lástima que su colega Óscar Matute no se quite los vaqueros, por no hablar del pendiente.
De la corbata prescindieron muchos. Ay, si les viese José Bono. Al final vamos a agradecer que Yolanda Díaz se gaste los cuartos en la peluquería y en la tienda de Prada.
Terelu y Pedro Sánchez
Echamos en falta a Terelu Campos en la tribuna de invitados del Congreso, ahora que se ha hecho íntima de Pedro Sánchez. Nadie sabía qué hacía el padre Ángel por allí y la colaboradora televisiva habría aportado la nota de color.
El lunes, antes del funeral de María Teresa Campos, el presidente citó a Terelu y Carmen Borrego para entregarles un sobre. Contenía una fotografía de la reina de las mañanas y Pedro Sánchez dedicada y quería que la tuviesen las hijas. Tres ministras, María Jesús Montero, Isabel Rodríguez y Pilar Alegría, se acercaron luego a la misa en Pozuelo para darles el pésame.
También asistió José Luis Martínez-Almeida, quien bromeó con que su admiración por la Campos es lo único que le une a Pedro Sánchez.
El Rey Juan Carlos en Sanxenxo
La semana del debate de investidura de Feijóo coincidió con la cuarta visita del Rey Juan Carlos a España, desde su expatriación a Emiratos Árabes en agosto de 2020. Al bajarse del Bribón en Sanxenxo miraría de reojo la que se le avecina a su hijo con los que quieren cargarse España decidiendo el futuro del país.
Finalmente no se produjo el esperado encuentro entre los dos Reyes, a pesar de que Don Felipe se encontraba el jueves muy cerca en la inauguración del Foro La Toja-Vínculo Atlántico. Incluso Don Juan Carlos llegó a pronunciar un «seguramente» cuando le preguntaron si se verían. Su último encuentro fue en Atenas en el funeral del Rey Constantino.
Don Juan Carlos regresará a España para el juramento de la Constitución por parte de su nieta, la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, el próximo 31 de octubre. No se le ha invitado al acto institucional, que se celebrará en el hemiciclo del Congreso, pero sí en la celebración familiar, de carácter privado, que tendrá lugar por la tarde en el palacio de El Pardo.