Marqués de Murrieta, el Rioja con historia que eligió Almeida para servir en su boda

En la bodega del restaurante Lhardy destaca una etiqueta de la casa elaborada especialmente por Marqués de Murrieta. Un Rioja exquisito, con buen cuerpo y de color cereza oscura. Este es el vino con el que los 500 invitados a la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo maridaron el solomillo a baja temperatura de wagyu, que se sirvió como plato principal, durante el banquete.

«Nuestro Rioja Marqués de Murrieta Lhardy, la búsqueda incansable de la perfección», se puede leer en su web. El catering de Lhardy, propiedad de Pescaderías Coruñesas, ofrece también en las celebraciones nupciales como opción este vino, que se elabora en la bodega presidida por Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, conde de Creixell. Su padre compró la bodega Marqués de Murrieta en 1983 y tras su fallecimiento, él tomó las riendas. El presidente asistió a la boda de Almeida, acompañado por su pareja, puesto que es amigo del alcalde y de la familia Borbón. «Nos hizo mucha ilusión que los novios eligieran nuestro vino. El presidente acudió por parte de las dos partes de la boda», explican a El Debate desde la bodega.

Marqués de Murrieta celebró en 2022 su 170 aniversario, en un año brillante tras conseguir el premio al mejor vino del mundo, con Castillo Ygay, el de mejor enóloga del mundo a María Vargas, mejor bodega y coincidir con la finalización de las obras de su nueva zona de elaboración. A Vicente Dalmau no le gusta hablar de recetas del éxito o fórmulas mágicas. «Para que un vino sea considerado excelente creo que la clave está en el respeto al tiempo y en saber escuchar y respetar lo que ese vino nos dice en cada momento, y no al contrario», declaraba en una reciente entrevista con El Debate.

El alcalde de Madrid y Teresa Urquijo ser dieron el «sí, quiero» en la iglesia de los Jesuitas de Serrano y posteriormente, la celebración se trasladó a Colmenar Viejo, a la finca El Canto de la Cruz, propiedad de Teresa Borbón-Dos Sicilias e Íñigo Moreno de Arteaga, marqueses de Laserna, abuelos de la novia.

Tras un largo cóctel, los invitados pasaron a la carpa instalada frente al porche de la vivienda principal, con las mesas nombradas con puntos emblemáticos de Madrid, como Teatro Real, parque del Retiro, fuente de Cibeles o bar Richelieu.

De primer plato se sirvió salpicón de marisco ‘Desde 1911’, de principal el solomillo y de postre, milhojas de crema con fresas o brownie con salsa de yogur. Platos regados con un Marqués de Riscal Verdejo (D.O. Rueda) para el blanco; el mencionado Marqués de Murrieta Reserva (D.O.Ca. Rioja) y Champagne Laurent Perrier.

Al finalizar el banquete, los invitados recibieron como regalo una vela. El padre de Teresa Urquijo y Almeida fueron los encargados de pronunciar los discursos y luego comenzó el baile con un chotis, con el que el alcalde quiso hacer un guiño a su ciudad y regalar un momento divertido a los invitados.