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Carlos III revela el efecto secundario que sufre tras su diagnóstico de cáncer
En un acto junto a su hijo mayor, el Rey ha contado las secuelas que está experimentando por su tratamiento de quimioterapia
El pasado 5 de febrero, el Palacio de Buckingham anunció que Carlos III había sido diagnosticado de cáncer a los 75 años. Según el comunicado, el monarca inglés empezaba un tratamiento de quimioterapia. Se dijo que era más pionero, menos invasivo y especializado, aunque, actualmente, todavía se desconoce qué tipo de cáncer padece. Ahora, tres meses después de entonces, el Rey sufre los efectos secundarios normales de su tratamiento contra la enfermedad.
Hace ya dos semanas que Carlos III retomó su agenda oficial y precisamente, en un acto junto a su hijo, el Príncipe Guillermo, el monarca se ha sincerado por primera vez sobre su tumor. Ha sido este lunes, 13 de mayo, durante la visita de padre e hijo al Museo de Vuelo del Ejército en Middle Wallop, Hampshire, donde el hijo de Isabel II ha entregado al Príncipe de Gales el título que, durante varias décadas, había ejercido, el de coronel en jefe del Cuerpo Aéreo del Ejército. No obstante, al margen del cargo que el Rey ha cedido a su primogénito, hubo un momento que no pasó desapercibido.
Hablando con el veterano militar británico y sobreviviente de cáncer, Aaron Mapplebeck, el patriarca de los Windsor reveló los efectos secundarios que experimentó después de la quimioterapia. Durante el discurso, Maplebeck dijo que perdió el sentido del gusto después de haber sido tratado por cáncer testicular el año pasado. Entonces, el Rey de Inglaterra descubrió que a él le había pasado lo mismo. A pesar de lo dramático de las informaciones, todo apunta a que forma parte de los efectos secundarios normales dentro del tratamiento contra esta dura enfermedad.
En peligro su afición por la gastronomía
Por todos es sabido que Carlos III es un amante de la gastronomía y en 1990 creó la firma de comida orgánica Duchy Originals. Es por ello por lo que la quimioterapia puede afectar significativamente al monarca inglés, debido a los cambios en el sentido del gusto y otros efectos secundarios gastrointestinales que puede provocar. Para él, que disfruta explorando sabores, texturas y aromas, la pérdida del sentido del gusto o la alteración en la percepción de los sabores puede resultar especialmente desafiante y frustrante.
El padre del Príncipe Guillermo siempre ha tenido mucho interés por la comida en general, y así lo ha reflejado el exchef de la casa real británica Darren McGrady en una entrevista con la plataforma gastronómica Delish cuando señaló que la comida favorita de Carlos III es el cordero con risotto de champiñones.
«Cociné muchas veces cordero en el palacio de Buckingham. El Príncipe Carlos era un foodie y estaba interesado en la comida orgánica incluso antes de que se hubiese inventado», contó McGrady. Por eso, teniendo en cuenta estas declaraciones, suponemos que la disgeusia, o pérdida temporal del sentido del gusto, puede hacer que los alimentos que antes eran sabrosos para el Rey ahora tengan un sabor extraño, desagradable o incluso ausente.
Esto puede afectar el placer y la satisfacción que se obtiene al comer, lo que a su vez puede disminuir el apetito y afectar la nutrición. Además, otros efectos secundarios de la quimioterapia, como las náuseas, los vómitos, la mucositis y los cambios en los hábitos intestinales también pueden interferir con la capacidad de disfrutar de la comida y la experiencia gastronómica en general.