Leticia Rodríguez de la Fuente, la anfitriona rural que recuerda cada día a su padre

Es la menos conocida de las tres hijas del tristemente fallecido Félix Rodríguez de la Fuente en un accidente de avioneta en Alaska en 1980. Es su hija mediana, una heredera, como él, del amor a la tierra.

Inquieta, charlatana y con fuerte personalidad, Leticia Rodríguez de la Fuente vive pegada a la naturaleza, donde cultiva flores con mucho mimo, en su finca cercana a Madrid, en «La Vera de Ceres», junto al río Ungría en Guadalajara.

«Él era amor por la naturaleza salvaje y yo soy amor por la naturaleza domesticada. Yo cultivo flores», cuenta en conversación con El Debate.

Cultiva flores orgánicas

Tiene varios negocios. Estudió Historia, se «reinventó mil veces y un buen día abrió su propia tienda de flores hace diez años en el Mercado de San Antón de Madrid». Pero su temperamento curioso le llevó a una nueva aventura. A los 48 años compró unas tierras en Guadalajara y se hizo jardinera para cultivar sus propias flores y así no tener que «importarlas de Holanda».

Estudió en Reino Unido para aprender cómo ser agricultora y hacerlo bien y fue pionera en España abriendo la primera granja de flor orgánica. «Hoy tengo las mejores dalias de España», revela entre risas con orgullo. Aprendió con el florista británico Shane Connolly, el florista de cabecera del Rey Carlos III, y ahora ella es quien imparte los cursos en su finca.

La Vega de Ceres

Es la creadora de La Vega de Ceres, un lugar mágico que «lleva ese nombre en honor a la diosa romana de la abundancia, un nombre que descubrí por casualidad en el Museo de Mérida cuando leí un cartel que hablaba de ella», nos cuenta entusiasmada con el hallazgo casual que le dio el nombre definitivo a su empresa.

Leticia es también autora del libro de éxito, Tocar tierra, y es la co- fundadora de las Conversaciones en el Jardín, una iniciativa donde invita a conversar «los mejores profesionales en lo suyo». Es, sin duda, una jardinera fiel a las enseñanzas de su padre, que cultiva flores orgánicas con pasión y sin añadirles sustancias químicas.

Es, en definitiva, una artesana de la naturaleza y una perfecta anfitriona rural, porque en su propiedad recibe dos veces al mes a los más prestigiosos conocedores de la jardinería y el paisajismo de España. La próxima cita, el 5 de octubre con Paco Calvo. Una cita abierta al público pero con plazas limitadas, sólo hay 18. «Un negocio rentable emocionalmente y que no le da pérdidas económicas», dice con humor.

Su día a día transcurre entre flores y plantas, en un bonito espacio enclavado en La Vega del río Ungría en Guadalajara. Un enorme jardín donde a diario corta y vende flores a granel y donde los fines de semana recibe con los brazos abiertos a quien le visite. «Aquí todo es sostenible y orgánico, y no hay nada industrial, no hay neveras, ni insecticidas ni aviones», advierte. Todas las flores son estacionales. Esa es la clave. Leticia también organiza cursos abiertos al público, en esta granja de flor cortada, donde vive la mitad de la semana. «Mis peonías duran 10 días y mis dalias, 6», precisa. Algo impensable con la flor industrial.

Un gran legado

A Leticia no le gusta demasiado que le pregunten por su padre. «Lo quiere, lo admira, lo respeta y sabe que ha cambiado la mentalidad de este país», pero ella reconoce que prefiere contar su propias vivencias y sus propias batallas como emprendedora, que recordar la eterna figura paterna. Lo «tiene presente cada día», eso sí.

Licenciado en Medicina, su padre, Félix Rodríguez de la Fuente fue un personaje público cuya influencia como divulgador y comunicador perdura a lo largo de los años. Y su recuerdo perdura en el corazón de su familia. Leticia reconoce que cada día se acuerda de él. Contribuyó a crear una incipiente conciencia ecológica en la España de los años 80 desde la televisión pública.

Su repercusión con el programa «El Hombre y la Tierra» fue internacional y sus series de televisión fueron vistas por millones de personas alrededor del mundo. Su legado está asegurado con la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, creada en 2004 por la familia del naturalista con el objetivo de salvaguardar y proyectar su vida y obra.