El grito de auxilio de Bárbara Rey a la Policía ante el acoso de los medios: «No puedo más, ayudadme»

En los últimos días, la vedette murciana Bárbara Rey ha acaparado la atención mediática tras la filtración de conversaciones privadas que tuvo con el Rey Juan Carlos. Este escándalo ha puesto a la artista en una situación muy complicada y ha llevado a que se convierta en el centro de todos los titulares.

Este miércoles, mientras se dirigía a una cita médica en Marbella, la vedette no pudo soportar más la presión de los medios y sucumbió ante la situación que la rodeaba. Nerviosa y angustiada por la presencia de numerosos fotógrafos a las puertas de su casa, Bárbara decidió subirse a su vehículo y salir a toda velocidad por una de las calles céntricas de la ciudad, infringiendo varias normas de tráfico y poniendo en riesgo no solo su seguridad sino también la de otros conductores y peatones que se encontraban en la zona.

La situación se intensificó cuando, al percatarse de la presencia de una patrulla de la Policía Nacional, Bárbara se detuvo en medio de la carretera en un intento desesperado de pedir auxilio. Visiblemente alterada y emocionada, la vedette no pudo contener su desesperación y gritó a los agentes que la estaban siguiendo, afirmando entre lágrimas que no podía más con la presión y que necesitaba ayuda. «¡Me están siguiendo!», decía con voz quebrada, rogando a los policías que la ofrecieran apoyo en un momento tan crítico. A pesar de que uno de los reporteros presentes le advertía que su comportamiento era un peligro para todos los que estaban alrededor, Bárbara no podía pensar en otra cosa más que en la angustia que le producía la situación.

Una reportera, tratando de hacerla entrar en razón, le dijo: «Bárbara, esto es un peligro para todos, por favor, ten cuidado». Sin embargo, la vedette, en medio de su descontrol emocional, se negaba a escuchar. «No puedo más, por favor, ayúdame», exclamó a los agentes. La Policía, intentando calmarla, le pidió que aparcara su coche en una zona segura para que pudiera tranquilizarse y evitar un accidente, pero ella seguía desbordada. «No puedo parar, tengo que irme», repetía, lo que reflejaba su desesperación y la situación insostenible que estaba viviendo.

Estas semanas han sido especialmente difíciles para Bárbara Rey. La artista ha sentido una profunda traición por parte de su propio hijo, quien tras una disputa familiar decidió vender imágenes de su madre con el Rey Juan Carlos en su casa. Estas imágenes, tomadas en el jardín de la residencia de la vedette, mostraban a ambos disfrutando de un arroz con carne. «No puedo creer que mi propio hijo me haya hecho esto», confiesa Bárbara en una de las pocas ocasiones que ha hablado con los medios, visiblemente dolida por la traición. La situación se volvió aún más delicada cuando, días después, el medio Ok diario comenzó a publicar audios en los que se escuchan las conversaciones entre el rey emérito y la vedette, donde hablan de la Reina Sofía, de asesores de Zarzuela y de Encarna Sánchez, entre otros temas.