El Príncipe Harry y Meghan Markle, en una imagen de archivo
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El motivo por el que no cuajó la andadura política de Meghan Markle
Las aspiraciones de la duquesa de Sussex sufrieron un revés cuando se presentó a un examen del Departamento de Estado
La vida de Meghan Markle ha sufrido varios cambios drásticos. De estudiante en un colegio femenino católico de California a exitosa actriz, de ahí a Princesa y vuelta (prácticamente) a la casilla de salida. Su sonado Megxit la llevó a ella y a su marido a poner tierra de por medio con la Familia Real Británica e instalarse en una mansión en Montecito en compañía de sus dos hijos, Archie y Lilibeth. Desde entonces, el currículum de los duques de Sussex no ha hecho más que ampliarse.
Desde su entrevista concedida a Oprah al documental grabado con Netflix, pasando por su fallido podcast en Spotify o su marca de estilo de vida llamada American Riviera Orchard, Meghan Markle ha conseguido diversificar su carrera. Sin embargo, hay una ambición que la otrora actriz desea más que cualquier otra desde hace tiempo y no es capaz de conseguir: la política.
En más de una ocasión, ha revelado lo mucho que le gusta y se ha involucrado en distintas causas sociales y feministas a lo largo de los años. De hecho, estando aún en la universidad –estudió el doble grado de Teatro y Relaciones Internacionales–, consiguió unas prácticas en la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires.
«Meghan es una posibilidad remota, pero en la locura que es la política de Estados Unidos en estos días no es algo imposible. Cosas más locas han ocurrido», aseguró una fuente cercana al actual gobernador de California, Gavin Newsom.
En su día, escribió una carta abierta a los representantes del Senado para conseguir la baja de paternidad remunerada recordando cómo había sido su infancia y adolescencia y cómo sus padres habían tenido que trabajar duro para «llegar a fin de mes y tener lo suficiente para pagar el alquiler y poner gasolina en mi coche».
Markle reconoce que no es «una funcionaria electa ni una política», sino que solo quiere hacerse oír como madre, pero no todos se han tomado de buen agrado su implicación política. «La última injerencia de la señora Markle en la política estadounidense reaviva en mi mente la pregunta de por qué la Casa Real no la despoja a ella y a Harry oficialmente de sus títulos, sobre todo porque insiste en enviar esto bajo el pretexto de ser la duquesa de Sussex», declaró Jason Smith, presentante de Estados Unidos.
Los duques de Sussex, en un acto público el pasado mes de abril
Y ahí, apuntan, es donde reside principalmente el problema, en que Meghan Markle se sirve de su título de duquesa de Sussex para realizar peticiones políticas cuando ya había renunciado a él al abandonar, junto a su marido, la Casa Real Británica. Sobre todo, comentan los medios estadounidenses, porque consideran que su principal objetivo es ir ganando posiciones en este terreno y conseguir un puesto político de altura.
Ahora se sabe que sus esperanzas de continuar adelante con sus aspiraciones políticas sufrieron un revés cuando se presentó al examen oficial del Servicio Exterior, un requisito previo para un trabajo como oficial del Departamento de Estado. «Cuando no pasó la prueba altamente competitiva, se sintió muy decepcionada. No estaba acostumbrada a fallar», explican un libro publicado por Omid Scobie y Carolyn Durand, autores de Meghan y Harry: En libertad.
En un comunicado emitido por ambos, instó a la población estadounidense a utilizar su voto de forma inteligente: «Votar no es solo un derecho; es una forma fundamental de influir en el destino de nuestras comunidades. En la Fundación Archewell, reconocemos que el compromiso cívico, sin importar el partido político al que uno pertenezca, es fundamental para lograr un mundo más justo y equitativo. Al participar en iniciativas como esta, nuestro objetivo es amplificar el mensaje de que todas las voces importan».
