Lo que opina Ana María Chico de Guzmán, la reina de los tocados, sobre el look de Melania Trump
La hija de los marqueses de Ahumada fundó hace 17 años la firma de tocados Mimoki en Madrid
Si alguien se lo sabe todo de tocados y sombreros en Madrid es Ana María Chico de Guzmán. La emprendedora que hace más de quince años irrumpió, por casualidad y por empeño, en el mundo de la moda diseñando tocados para que sus amigas los lucieran en las bodas más elegantes de España, hoy es una reconocida empresaria del sector artesano textil.
Tuvo visión, montó Mimoki y desde entonces, no para de crecer. Su empresa ya no crea solo piezas diseñadas para «elevar el look» de cualquier estilismo pensado para lucir en una ocasión festiva. Las propuestas van creciendo y esta joven empresaria, sobrina nieta de Fabiola de Bélgica e hija de los marqueses de Ahumada, que no para de trabajar, ahora también diseña bolsos y ropa casual con su nueva firma Dragon Girl. Natural y sonriente, además de su talento y su estilo, la clave de su éxito está en su personalidad. Nunca dice que no. Nunca pone resistencia. Tiene encanto y mucha paciencia con sus clientas.
Socias y amigas. Ana María es socia de su amiga Andrea Pascual en una aventura dedicada a la comunicación que está muy vinculada al mundo de la moda. Ambas fundaron Kimoki, una agencia que ayuda a posicionar firmas incipientes en el universo fashion. Una tarea y un desafío más en su camino profesional.
Su infancia
Ana María Chico de Guzmán creció en Madrid rodeada de tesoros y piezas familiares de sombrerería y alta costura. Jugaba con las telas que encontraba rebuscando en los baúles de su abuela. «Había tocados antiguos preciosos», explica, mientras recuerda con ilusión momentos de su dulce infancia entre tesoros. «Mi referente, mi musa, mi maestra y la mejor madre del mundo. Gracias por tanto. Te quiero mamá», escribe en su perfil para demostrar su gratitud». Es hija de Blanca Escrivá de Romaní y Mora y de Diego Chico de Guzmán y Girón. Y su abuela materna era Nieves de Mora y Aragón, una hermana de Fabiola de Bélgica.
Licenciada en Administración y Dirección de empresas, un buen días, Ana María aparcó las finanzas y comenzó a enredar. En 2008 abrió su primer taller en el barrio de Salamanca. Desde entonces Mimoki no ha dejado de crecer y ella está al frente de un equipo creativo y artesano que «produce cada pieza con la cabeza en las nubes y los pies en la tierra». Tocados y sombreros que figuran entre los más deseados del mercado, que se fabrican a mano y con mimo, en la parte inferior de la sede de la tienda madrileña, por artesanas expertas.
Han pasado más de 15 años y Ana María continúa a día de hoy haciendo, con el mismo entusiasmo y buen gusto que cuando comenzó, los complementos más solicitados para bodas y eventos. Tocados y sombreros de todo tipo, pensados para decorar las cabezas más célebres e ilustres de España. En tiempo de eventos, hay lista de espera. «Entregamos unos cien cada fin de semana», cuenta la diseñadora, «entre los de venta y los de alquiler». Una locura. Su ilusión es tener a la Reina Letizia entre sus clientas, algo que de momento, aún no ha ocurrido.
El protocolo
Lucir tocados y sombreros tiene sus reglas. «Lo correcto es, por ejemplo, llevar pamela o un sombrero de día o un tocado alado, para cubrirse del sol y, en cambio, los tocados más discretos, como diademas o turbantes son más adecuados de noche, con un traje largo», opina Ana María.
Le preguntamos por el sombrero protagonista de los últimos días. El que lució Melania Trump en la segunda proclamación de su marido, Donald, como presidente número 47 de los Estados Unidos. «No me gustó demasiado cómo le quedaba porque le tapaba los ojos, pero el sombrero era muy bonito y elegante», comenta entre risas. Ella, que lleva más de dos décadas sugiriendo cómo cubrir la cabeza de sus clientas, sabe sin duda de lo que habla.