
Eva Sannum, en una imagen de archivo
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La discreta vida de Eva Sannum dos décadas después de su relación con el Rey Felipe VI
Ha reconstruido su vida en Oslo como experta en Comunicación
Eva Sannum se define a sí misma como madre y entusiasta. No menciona su trabajo como modelo, pero nadie puede olvidar que fue una de las bellísimas mujeres que conquistó el corazón de Felipe VI en los años 90. Fue en 1996 cuando, con solo 21 años, la noruega se mudó a Madrid por su carrera en el mundo de la moda. Su romance con el entonces Príncipe de Asturias, que duró cuatro años, dio mucho de qué hablar.
Recordada por todos como la mujer del vestido azul de gran escote y la copa de balón con brandy, Eva causó un auténtico revuelo en agosto de 2001, cuando asistió a la boda del Príncipe heredero de Noruega, Haakon, con Mette-Marit, acompañada por el hombre que hoy es el esposo de la Reina Letizia. Aquella aparición, más que cualquier otro momento, fue el detonante de un debate público que, paradójicamente, apartó a la noruega del futuro que muchos imaginaron para ella: el de Reina consorte de España.
Una historia que pudo haber sido, pero que quedó eclipsada por la controversia de aquella boda real. Fue objeto de controversia, no solo por su carrera como maniquí, protagonizando campañas de lencería y trajes de baño, sino también por su vida sentimental, que incluía un novio de renombre en su currículum. Hoy, la exmodelo, que ha dejado atrás esa etapa, nos revela en LinkedIn cómo ha dado un giro a su vida. Actualmente, es empresaria al frente de su agencia de comunicación, Sannum & Bergestuen, que dirige junto a su socio Svein Tore Bergestuen. La agencia se especializa en comunicación estratégica y campañas, consolidándose como un referente en el sector.
Antes de este paso, fue socia en la agencia Geelmuyden Kiese y pasó diez años en Try/Apt Advertising Agency, donde desarrolló su experiencia como redactora, directora creativa y asesora estratégica. Además, su trayectoria incluye 14 años como representante del público en el Comité de Ética de la Prensa, y en 2019 fue miembro del Comité de Fuentes de la Federación de Prensa. También es la voz detrás del pódcast Tut & Mediekjør. A pesar de la solidez que parece caracterizar su presente, su camino no fue fácil. Tuvo que dejar la pasarela atrás y decidirse a estudiar Publicidad. En una ocasión, compartió su perspectiva con el diario noruego Aftenpostes: «Desde el principio, decidí no mirar nunca a la cámara de los paparazzis. No quería que pensaran que me gustaba que me fotografiaran. Incluso pensé en usar la misma ropa todos los días».Casada y madre de dos adolescentes
Hoy en día, lleva una vida tranquila y alejada del foco mediático, pero en su época de relación con la realeza española, vivió un asedio constante por parte de los medios, con periodistas esperando en la puerta de su casa. En su rol actual como experta en comunicación, sabe perfectamente cómo manejar una «crisis». En su momento, optó por el silencio, una estrategia que ahora desaconseja rotundamente. Según la ex de Felipe VI, lo importante es «no hacer como si los hechos no existiesen». Además, recomendó ser cautelosos al emitir la primera comunicación, ya que una respuesta precipitada podría ser perjudicial a largo plazo. «No se deberían ocultar detalles embarazosos que puedan salir a la luz más tarde», aseguró al citado medio de su país.

La entonces pareja en la boda de Haakon y Mette-Marit de Noruega
Aunque no hizo referencia directa a su experiencia personal, esa época en la que los paparazzis la perseguían, cuando se pensaba que sería la futura consorte del heredero del trono español, le dejó valiosas lecciones. Ella compartió sus reflexiones en un desayuno profesional organizado por la Asociación de Psicología, junto a su líder, Anne-Lise Mørch von der Fehr, y el psicólogo Kim Edgar Karlsen. Así las cosas, en una entrevista concedida en 2021 al diario Aftenposten, confesó estar «muy contenta» de no haberse convertido en Reina. Después de dos décadas rechazando ofertas de los medios para hablar de su vida privada, señaló: «Llevo muchos años evitando usar esa vieja historia de España. No quiero que nadie piense que estoy buscando atención por mi relación con el príncipe y la prensa».
En lo personal, ha formado una familia con el publicista Torgeir Vierdal en Oslo y tiene dos hijos adolescentes, asegura que su vida actual, lejos de los reflectores, es mucho más satisfactoria que la que podría haber tenido en el Palacio de la Zarzuela. «La gente probablemente piensa que me perdí una vida de yates y champán, pero no se dan cuenta de que esa vida está llena de limitaciones. Es agotadora», afirmó.