Picotazos de historia
La batalla de Shiloh, parte II
Una batalla de la que salió la novela «Ben Hur» y la famosa frase: «El doctor Livingstone, supongo»
En «la mala pata de Johnston» mencioné que el general Sherman había sufrido una crisis nerviosa que hizo que fuera relevado del mando de las tropas del estado de Kentucky. En Shiloh estaba al mando de una división de tropas bisoñas pero, su situación de estar a punto de ser expulsado del Ejército y el hecho de no tener nada que perder le ayudaron, defendió la posición con salvaje tenacidad y supo inspirar a sus hombres.
El general Lewis Wallace, en cambio, tenía una magnifica reputación en el Ejército de la Unión. Su carrera había sido espectacular y se encontraba al mando de una división cuando recibió orden de dar apoyo a la maltrecha unidad de Sherman en Shiloh Church. Wallace se equivocó de camino y se pasó todo el día de la Ceca a la Meca, agotando a sus tropas sin llegar jamás a entrar en combate. Grant lo destituyo y Wallace se pasó la vida justificando sus acciones y viéndose como víctima inocente de otros intereses. Amargado, escribió una novela donde proyectó todos esos sentimientos y fue un éxito. Se titulaba «Ben Hur».
Para terminar. El segundo día de la batalla, las tropas del general nordistas Don Carlos Buell fueron determinantes para inclinar el fiel de la balanza en el lado de la Unión. Buell, mientras avanzaba, increpó a unos soldados nordistas que estaban a punto de matar a un sudista que se había rendido. Buell recriminó a los soldados su acción y les responsabilizó de la entrega del sudista en retaguardia. Ese soldado sudista, con el tiempo, alcanzaría fama universal y todo tipo de honores por sus viajes, crónicas e investigaciones. Sería, además, autor y protagonista de una de las frases más famosas de la historia:
–«El doctor Livingstone, supongo».
Imagino que la habrán oído ustedes.