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Óleo de Adrien Guignet se representa una escena de la batalla de Cunaxa librado entre persas y los diez mil mercenarios griegos de Ciro el Joven en 401 a.C.

Escena de la batalla de Cunaxa librado entre persas y los diez mil mercenarios griegos de Ciro el Joven en 401 a.C.Óleo de Adrien Guignet

El pasado y presente de los mercenarios: de Jenofonte al Grupo Wagner

El papel de los mercenarios, denominados en la actualidad contratistas privados, es paralela a la humanidad y discute el ser la profesión más antigua del mundo a otras profesiones

Desde que Jenofonte nos describió su participación en la expedición de los Diez Mil, hasta la labor que los hombres del PMC Wagner desarrollan en la Guerra de Ucrania, el papel de los mercenarios, denominados en la actualidad contratistas privados, es paralela a la humanidad y discute el ser la profesión más antigua del mundo a otras profesiones.

La RAE nos los describe como «el Soldado que lucha a cambio de dinero o de un favor y sin motivaciones ideológicas». Sin embargo, tanto en el pasado como en el presente, los ciudadanos no se prestan a dar la vida por defender sus patrias, por lo que se hace necesario contratar profesionales de las armas, habitualmente hombres acostumbrados a vivir de forma ruda por ser originarios de lugares agrestes y de climatología extremada que les obligaba a vivir de forma nómada o de sus rebaños, convirtiéndolos en perfectos guerreros.

Los mercenarios en el pasado

La vida de los pastores preparaba para la dura vida militar, largas caminatas, vida al aire libre, poca comida y costumbre de defenderse de alimañas y salteadores. De esta forma los grandes imperios del Mediterráneo, como Cartago, Roma, Egipto o el califato omeya llegaron a contratar a pueblos enteros, principalmente nómadas, por su formación guerrera y hambre de botín.

El Renacimiento traerá la figura del Condottiero, como la gran escultura de Donatello, donde nos legó un magnífico monumento ecuestre de Bartolomeo Colleoni, que comandó las tropas de la República de Venecia. Suizos, escoceses y albaneses se convirtieron en las naciones de mercenarios. En el siglo XVII, la figura de Albrecht von Wallenstein sobresale por encima de los miles de mercenarios de la Guerra de los Treinta Años por su visión empresarial. Es uno de los pioneros en la entrega de un ejército profesional completo, con su armamento y suministro de vituallas, pagando el cliente todo el proceso. Su visión de gestión es la más parecida a las actuales compañías de seguridad que ofrecen sus servicios por el mundo.

Profilo di capitano antico de Leonardo da Vinci, también conocido como il Condottiero, 1480. Condottiero significaba "jefe de mercenarios" en Italia durante la Baja Edad Media y el Renacimiento.

'Perfil del antiguo capitán' de Leonardo da Vinci, también conocido como el Condottiero, 1480.

El siglo XVIII es diferente, son contrataciones de extranjeros que forman regimientos en las guardias reales de los principales reinos, o incluso algunos principados alemanes, como el de Hesse, comercializará la contrata de sus regimientos a diferentes países. Su momento estelar será la Guerra de Independencia de los EE.UU., donde sirvieron al alto mando británico.

Gran Bretaña hará un uso masivo de «mercenarios» que fueron alquilados a los emancipadores para destruir el Imperio español en América

A partir de la Revolución Francesa, considerar la recluta de extranjeros como mercenarios resulta difícil de tratar por el componente ideológico. Lo más similar son los filibusteros estadounidenses que protagonizaron diversas revueltas en la América hispana en beneficio de su país de nacimiento. Gran Bretaña hará un uso masivo de «mercenarios», en realidad veteranos de su ejército, que fueron alquilados a los emancipadores para componer el núcleo profesional de sus fuerzas militares y destruir el Imperio español en América. Posteriormente, los mercenarios fueron retratados como aventureros idealistas en escenarios exóticos de África y Asia, donde seguían sirviendo a sus países, de forma irregular, poniendo las bases de los futuros imperios coloniales. Este antecedente será el que proporcione su renacer en las guerras de descolonización, cuando las nuevas repúblicas soberanas necesitaban ayuda militar especializada y los países occidentales tenían que disfrazar su auxilio mediante el uso de mercenarios «independientes».

Y en el presente

Las guerras del tercer mundo se convirtieron en el paraíso del intervencionismo a través de una privatización de aquella ayuda que podía ser negada por los gobiernos ante los medios de comunicación.

La ocupación de Iraq y de Afganistán, causó la necesidad de proteger empresas, instalaciones y personalidades durante periodos largos de tiempo, favoreciendo la repatriación de tropas regulares. En los EE.UU. y Gran Bretaña, pero también Israel, Australia y Sudáfrica verán crecer las compañías de contratistas privados de manera vertiginosa, con equipos directivos trufados de políticos y antiguos militares de alto rango.

Es la época dorada la PMC Blackwater, conocida en la actualidad como Academy, de EE.UU., después de una matanza de civiles iraquíes que mancho su «marca comercial». En la actualidad forma parte de Constellis. Otra de las más importantes es Aegis Defense Services, una empresa británica con contratos en el próximo oriente y África. En la actualidad fue absorbida por la canadiense Garda World. Aegis en el 2011 recibió 495 millones de dólares del Departamento de Estado de los EE.UU. por sus servicios de protección. Francia desarrolla su labor en África a través de GEOS, y el paraíso fiscal de Gibraltar es la sede de STTEP, una compañía británica.

La Federación de Rusia ha copiado el modo de intervencionismo anglosajón en ese aspecto. La guerra de Siria proporcionó el marco ideal para poder ayudar al gobierno de Damasco a través del Grupo Wagner, hasta entonces un grupo privado desconocido. La PMC (Private Military Company) fundada por Yevgueni Prigozhin sigue los mismos criterios que las anglosajonas, proteger de forma discreta los intereses de su país en el extranjero, externalizando los servicios que no pueden hacer las tropas regulares.

Miles de reclutas procedentes de centros penitenciarios que han sido utilizados para desgastar a las unidades ucranianas

La novedad del grupo ha sido su capacidad de saltar a brindar operaciones que antes eran imposibles para las unidades militares privadas. Ataques operacionales terrestres, con protección de artillería, uso de armas aéreas para detectar al enemigo y sistemas de defensa antiaérea. No obstante, ha sido posible, al preservar a su grupo de calidad con varias decenas de miles de reclutas procedentes de centros penitenciarios que han sido utilizados para desgastar a las unidades ucranianas. El punto débil ha sido su dependencia de los suministros de las unidades regulares, lo que siempre ha planteado rivalidades difíciles de salvar. La contratación de una PMC resulta onerosa, el Grupo Salamandre del ex teniente coronel británico Aruk Ogunwe, por un grupo operacional de infantería adicional y apoyo vehicular, tiene como precio base dos millones de dólares. Habitualmente un grupo de estas características opera para labores de protección de instalaciones o personalidades durante un tiempo determinado y dispone de unos criterios éticos de comportamiento que imposibilitan su uso en acciones que supongan crímenes de guerra contra la población civil.

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