Descubren el motivo de la desaparición de los habitantes de Herculano
Según los expertos, la nube de ceniza pudo haber alcanzado los 550 grados centígrados e incineró y vaporizó a los habitantes instantáneamente
Pompeya quedó atrapada en el año 79 d. C., solo hace falta echar un vistazo a los moldes de las víctimas de la erupción del Vesubio: «Hace 18 siglos que murieron, pero son criaturas humanas agonizando. Eso no es arte, no es imitación; son sus huesos, las reliquias de su carne y de sus ropas mezcladas con yeso», describía Giuseppe Fiorelli, arqueólogo y numismático italiano en su obra Lettera ai pompeiani de 1863. Pero no solo Pompeya padeció esta terrible tragedia, también fueron víctimas de la erupción otras ciudades de la bahía de Nápoles, como es el caso de Herculano. Sin embargo, a diferencia que en la célebre ciudad, los cuerpos de la mayoría de sus habitantes han desaparecido.
Al igual que Pompeya, Herculano fue arrasada y sepultada por una veintena de metros de ceniza, aunque los expertos no han encontrado señales de los últimos instantes de sus habitantes con la misma precisión que en Pompeya. Una diferencia que durante mucho tiempo no se ha podido resolver hasta ahora. Un equipo de geólogos y antropólogos italianos encabezados por Guido Giurdano de la Universidad de Roma Tre, y Pier Paolo Petrone de la Universidad Federico II de Nápoles, acaba de publicar un estudio en la revista Scientific Reports con la intención de resolver esta gran incógnita.
En el análisis muestra que tras la erupción del volcán, la nube de ceniza que engulló la ciudad era tan abrasadora que incineró y vaporizó a los habitantes de la ciudad. Según los expertos, la nube pudo alcanzar los 550 grados centígrados causando la muerte instantánea. Este descubrimiento se pudo realizar gracias a la «reflectancia» de los restos de madera carbonizada que revelan múltiples y efímeros eventos térmicos extremos: la ciudad fue azotada por sucesivos flujos piroclásticos alcanzando temperaturas entre los 465 y los 315 grados centígrados enterrando progresivamente la ciudad bajo un manto de cenizas y otros depósitos volcánicos de hasta unos 20 metros de espesor.
El estudio concluye que los habitantes de Herculano se «desintegraron» a excepción de aquellos que se ocultaron en el puerto, que al igual que los de Pompeya, quedaron sepultados bajo el enorme manto de cenizas facilitando su conservación. De este modo, a diferencia de los pompeyanos, la mayoría de habitantes de Herculano se evaporaron debido al flujo piroclástico incandescente destruyendo por completo los tejidos blandos del organismo.
Cerebro vitrificado
Las altas temperaturas que asolaron la antigua ciudad romana también provocó un sorprendente fenómeno. En 2020, un equipo de investigadores dirigido por el antropólogo Pier Paolo Petrone, del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad Federico II de Nápoles, dio a conocer lo que se denominó el cerebro vitrificado de un individuo que identificaron como el guardián del colegio de los sacerdotes augustales de la ciudad. La investigación reveló que su cráneo explotó y la materia cerebral se vitrificó. Del mismo modo debido a las elevadas temperaturas fue fulminado y su grasa corporal, así como sus tejidos blandos, se quemaron de forma instantánea.