Los inventos de Leonardo Torres Quevedo, pionero español en el desarrollo de las nuevas tecnologías
La Caja de las Letras del Instituto Cervantes se abrirá el próximo viernes para recibir el legado in memoriam del científico e inventor cántabro Leonardo Torres Quevedo, figura pionera en el desarrollo de las nuevas tecnologías, ha anunciado este martes la institución
La Caja de las Letras del Instituto Cervantes abre sus puertas el próximo viernes para recibir el legado in memoriam del científico e inventor Leonardo Torres Quevedo, pionero en el desarrollo de las nuevas tecnologías. Su capacidad creativa se manifestó en ámbitos como la aeronáutica y el transporte, ya que patentó la binave, creó el sistema autorrígido para los dirigibles y desarrolló transbordadores y funiculares, entre ellos el Spanish Aerocar de las cataratas del Niágara (Canadá) que aún está en funcionamiento.
Nacido en Santa Cruz de Iguña, Cantabria en 1852 fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua desde 1920, también fue elegido presidente de la Sociedad Matemática Española y nombrado miembro de la sección de Mecánica de la Academia de Ciencias de París. Maurice d'Ocagne, presidente de la academia francesa describiría al inventor español como «el más prodigioso inventor de sus tiempos». Desde El Debate recogemos algunos de esos inventos que cambiaron el rumbo de la historia.
Dirigibles
En 1902, Torres Quevedo presentaría el proyecto de un nuevo tipo de dirigible en las Academias de Ciencias de Madrid y París. En su nuevo modelo se solucionaba el problema de la estabilidad de forma y la suspensión de la barquilla al incluir un armazón interior de cables flexibles que dotaban la rigidez al dirigible por efecto de la presión interior.
Con ayuda de Alfredo Kindelán, el inventor español comenzaría la construcción del primer dirigible español en 1905. Tres años más tarde, finalizada la construcción el Ministerio de Fomento bautizaría el dirigible como Torres Quevedo. Un año más tarde, en 1909, comenzaría una colaboración con la empresa francesa Astra, que llegó a comprarle la patente. De tal modo que en 1911 se inició la fabricación de los dirigibles conocidos como Astra-Torres: casi cien unidades fueron adquiridos por los ejércitos francés e inglés a partir de 1913, y utilizados durante la Gran Guerra, en muy diversas tareas, fundamentalmente de protección de convoyes y lucha antisubmarina.
Más adelante, en 1918, Torres Quevedo diseñaría un dirigible transatlántico al que llamaron Hispania. Llegó a alcanzar el estado de patente con el objetivo de realizar desde España la primera travesía aérea del Atlántico; sin embargo, por problemas de financiación tuvo que retrasarse el proyecto.
Telekino
Nuevamente, Torres Quevedo presentó el primer modelo parcial de Telekino en la Academia de Ciencias de París. Se trataba del primer aparato en el campo del control a distancia, un sistema autómata que ejecutaba órdenes transmitidas mediante ondas hertzianas. Con el Telekino, Torres Quevedo estableció los principios de operación del moderno sistema de control remoto inalámbrico.
El 7 de noviembre de 1905, realizó el primer experimento del telekino con éxito en Bilbao, desde la terraza del Club Marítimo del Abra, y con la asistencia del presidente de la Diputación y otras autoridades.
Aritmómetro electromecánico
También considerada como la primera calculadora digital de la historia creada por Torres Quevedo en 1920 y presentada en el Musée National des Techniques de París. Este aritmómetro, completamente automático, utiliza la tecnología de relés usada en los antiguos teléfonos, que ofrecía rapidez de cálculo, posibilidad de introducir circuitos lógicos e incipiente memoria, aunque fallaba en la implementación del programa, que seguía dependiendo de las características físicas de la máquina.
Su funcionamiento era la siguiente: en una máquina de escribir se anotan los datos de la operación aritmética que se desea realizar. Ésta transmitía eléctricamente las indicaciones a la máquina propiamente dicha, que hacía el cálculo y se comunicaba, a su vez, con la máquina de escribir, la cual a continuación de los datos escribía el signo de igual y el resultado de la operación.
Transbordadores
En Molledo, en su pueblo natal, construyó en 1887 su primer transbordador, el primer teleférico concebido primero para el transporte de materiales. En 1890 presenta su transbordador en Suiza, donde ya se utilizaban los funiculares para el transporte de bultos, debido a su particular orografía. Pero el proyecto de Torres Quevedo fue rechazado. Años más tarde, construiría el primer transbordador apto para el transporte público de personas.
Lo instaló en el Monte Ulia de San Sebastián cuya inauguración se celebró en septiembre de 1907; sin embargo, desaparecería en 1912 cuando se traslada en aquella misma ubicación un parque de atracciones.
Torres Quevedo solucionó el problema de la seguridad con un ingenioso sistema múltiple de cables-soporte, sustituyendo los anclajes de un extremo por contrapesos. El diseño resultante era muy robusto, resistiendo perfectamente la ruptura de uno de los cables de soporte. La ejecución del proyecto corrió a cargo de la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería, de Bilbao, que construyó con éxito otros transbordadores en otros lugares: Chamonix o Río de Janeiro.