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Parte de la ciudad residencial desde el aire

Parte de la ciudad residencial desde el aireWikimedia Commons

Del esplendor a la ruina: Perlora, una ciudad de vacaciones de otra época

Las Ciudades Sindicales de Vacaciones se pensaron para proporcionar alojamiento a los trabajadores en sus días de vacaciones, a un precio reducido y en los lugares más pintorescos de España

Empieza el verano y ya cada uno tiene más o menos claro cómo va a aprovechar los días de vacaciones. Vaya por delante que en «aprovechar» cabe il doce far niente, que nadie tenga remordimientos por decantarse por esta opción. Pues bien, dicho esto, quiero dedicar estas líneas a recordar una experiencia turística que muchos igual no conocen, al menos en su formato inicial en España: «la Ciudad de Vacaciones».

Durante la Segunda República se reconoce el derecho a una semana de vacaciones (1931), pasando a ser «vacaciones anuales retribuidas» durante el régimen de Franco. La Obra Sindical de Educación y Descanso, antes Obra Nacional Alegría y Descanso, fue la organización encargada de su promoción entre los «productores» (trabajadores) de 1939 a 1977. Países como la Unión Soviética, Alemania, Italia, Portugal o Grecia tienen entes similares.

A la sección de «Residencias y Albergues» le corresponde, según María Díaz Bello, «proporcionar alojamiento a los trabajadores en sus días de vacaciones, a un precio reducido y en los lugares más pintorescos de España, especialmente a orillas del mar». Surgen entonces las Ciudades Sindicales de Vacaciones, «un verdadero atractivo para los obreros, los cuales durante quince días disfrutaban de una casita en la playa sin que ello les acarreara demasiados problemas económicos», así como de edificios comunitarios y espacios deportivos.

Bajo estas premisas, Educación y Descanso construye tres Ciudades Sindicales: Jacobo Campuzano, conocida luego como Perlora (concejo de Carreño, Asturias), a menos de 20 kilómetros de Gijón; Tarragona, a 4 kilómetros de la capital e inaugurada en 1957, guardando similitudes con el proyecto de la Ciutat de Repòs i Vacances diseñada por el GATCPAC durante la Segunda República; Marbella, a más de 50 kilómetros de Málaga, inaugurada en 1962. Un año después se aprueba la Ley sobre Centros y Zonas de Interés Turístico Nacional, concebida para dar respuesta a la creciente afluencia turística extranjera, aparcándose la construcción de otras dos Ciudades Sindicales, una en Punta Umbría (Huelva) y otra en Guardamar del Segura (Alicante).

Fotografía histórica de la Ciudad Residencial Tiempo Libre, Marbella

Fotografía histórica de la Ciudad Residencial Tiempo Libre, Marbella

Por la extinción de la sindicación obligatoria y la reforma de las estructuras sindicales, se transfiere al Ministerio de Trabajo la Obra Sindical de Educación y Descanso y se crea el Instituto Social del Tiempo Libre (1979). El Instituto debía gestionar los centros y las actividades destinados a los trabajadores procedentes de la Obra Sindical de Educación y Descanso. «Los bienes del Instituto serán destinados exclusivamente a finalidades turísticas, recreativas y deportivas en beneficio de los trabajadores».

Con el Estado de las autonomías empieza una etapa de la que las Ciudades de Vacaciones no han salido bien paradas. De las tres que llegan a hacerse, solo sigue en uso la Ciudad Sindical de Marbella. Perlora, propiedad del Principado de Asturias, cierra en 2006 y la de Tarragona, propiedad de la Generalidad, cierra en 2011.

Perlora, ejemplo de turismo social

De la importancia de las Ciudades Sindicales de Vacaciones da cuenta el NO-DO, donde todas ellas aparecen: Tarragona en 1957, Marbella en 1962 y Perlora en 1968. En el documental Felices vacaciones, de José López Clemente, el locutor destaca que, al igual que las otras Ciudades de Vacaciones, Perlora estaba concebida como ciudad independiente y se encuentra «en un lugar escogido para satisfacer los gustos de todos». Su arquitectura es moderna y variada, «siguiendo el estilo de la región asturiana», incluyendo «distintos tipos de viviendas». Estas «se distribuyen de acuerdo con las necesidades familiares de cada residente» y tienen «interiores bellamente decorados que invitan al recogimiento de la vida en familia».

Perlora ocupaba un emplazamiento privilegiado en primera línea de costa. Sus más de 30 hectáreas, muchas expropiadas, limitaban con el ferrocarril, el Cantábrico y las playas de Huelgues y Carranques. Su construcción la acometieron la Obra Sindical y diversas empresas asturianas, que construyen chalés para sus trabajadores. El contrato de explotación de las empresas fue de 50 años, por lo que hoy los chalés los tiene el Principado de Asturias.

Iglesia de la Ciudad Residencial de Perlora

Iglesia de la Ciudad Residencial de Perlora

Según Sara Agúndez, de la Fundación Docomomo Ibérico (Docomomo son las siglas de Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement), Perlora llegó a albergar a 2.000 veraneantes en cada periodo vacacional.

El punto de partida de Perlora fue la Residencia de Productores «Jacobo Campuzano» (1954-2005), un hotel de 80 habitaciones. Los hermanos Francisco y Federico Somolinos redactaron el proyecto de urbanización, concibiendo Perlora como una ciudad jardín, con «pequeñas edificaciones combinadas con grandes espacios verdes y pequeños viales».

Entre 1957 y 1967, Perlora contó con 274 viviendas de 35 tipologías diferentes

Una de sus características era «la ausencia de parcelaciones y límites físicos, lo que favorece el espíritu de convivencia y relación, haciendo que las amplias zonas verdes tengan tanto protagonismo como las edificaciones». Las viviendas debían tener una superficie total de 60 m² como máximo, distribuidas en una o dos alturas. Entre 1957 y 1967, Perlora contó con 274 viviendas de 35 tipologías diferentes. Los hermanos Somolinos fueron también autores del edificio de dirección, de la iglesia, «de líneas originales y sencillas», y del comedor, «amplio y luminoso» y donde las familias numerosas tienen una reducción del 20 %.

Chalés de Perlora

Chalés de PerloraPERI del ámbito Ciudad Residencial de Perlora. SERPA, 2023

Últimos años de la ciudad vacacional

En los años 80, Perlora fue objeto de rehabilitación y adecuación. Aunque una década después se derribaron varios chalés, en 2002 todavía había actividad. En 2005, se derribó la Residencia y, parcialmente, el comedor. La falta de mantenimiento y la proximidad del mar aceleraron el deterioro. Si bien la ciudad se cierra en 2006, a la espera de un proyecto de reforma integral con inversión privada, el Principado de Asturias propuso, en 2007 y dentro la actividad Escuelas Viajeras para 2008, la Ruta de Asturias con el alojamiento en «Perlora (Ciudad de vacaciones)».

Hubo una propuesta vecinal que le planteaba al Principado un alquiler gratuito durante unos 10 años a cambio de rehabilitar las casas, pero no es aceptada

Ya en 2018, varios antiguos propietarios de los terrenos propusieron la devolución de las fincas si el Principado las ponía en venta. En 2020, hubo una propuesta vecinal que le planteaba al Principado un alquiler gratuito durante unos 10 años a cambio de rehabilitar las casas, pero no es aceptada. A día de hoy, hay un Plan especial de Reforma «Ciudad Residencial de Perlora», del 21 de abril de 2023, y está en marcha el llamado «Proceso participativo antigua ciudad de Perlora», una consulta del ayuntamiento de Carreño del 26 de mayo al 26 de junio abierta a ciudadanos, organizaciones y asociaciones de Carreño para que hagan llegar sus sugerencias y aportaciones. Ojalá que haya ideas y voluntad de reactivar Perlora. Además de su alto interés arquitectónico y urbanísticos, su construcción ha permitido proteger un espacio costero privilegiado. No está Asturias como para desaprovechar algo así.

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