Portugal exige a España la entrega de Olivenza (Badajoz) por una disputa de más de 700 años
El ministro de Defensa Nacional, Nuno Melo, se remite al Tratado de Alcañices. «Olivenza es portuguesa, naturalmente, y no es ninguna provocación», ha dicho
El ministro de Defensa Nacional de Portugal, Nuno Melo, ha reclamado este viernes a España que entregue el pueblo de Olivenza (Badajoz), ubicado cerca de la frontera entre los dos países, subrayando que es un municipio portugués «por tratado» y entiende que es un derecho «justo» exigir esta reclamación.
«Olivenza es portuguesa, naturalmente, y no es ninguna provocación», ha señalado en declaraciones a los medios desde Estremoz, en el distrito de Évora, a unos 60 kilómetros de la frontera con España.
El ministro ha explicado que, según el Tratado de Alcañices, firmado por la Corona de Castilla y el reino de Portugal en 1297, el Estado portugués no reconoce a Olivenza como territorio español. Nuno Melo ha recordado que ya defendió esta cuestión cuando era eurodiputado, por lo que no está dispuesto a renunciar a esta reclamación.
Melo asegura que no se trata de un asunto «caricaturesco» y afirmó que Portugal «no renuncia» a sus «derechos».
Aunque la postura oficial del país ha sido defender su soberanía sobre Olivenza, la cuestión ha permanecido alejada de la agenda política entre Portugal y España en las últimas décadas. De hecho, el líder del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos, ha rechazado las palabras del ministro, que ha tildado de «extrema gravedad» y con «impacto en la política exterior», por lo que ha exigido responsabilidad al primer ministro, Luis Montenegro.
Reacción de Olivenza
El alcalde de Olivenza, el socialista Manuel José González Andrade, ha afirmado que los discursos que «pretenden dividir o enfrentar hablando de territorios sin pensar en las personas» son propios de siglos pasados.
González Andrade, en un texto remitido a la Agencia EFE, ha dicho que esta «convencido» de que el ministro portugués «tiene asuntos más urgentes e importantes de los que ocuparse en este momento». El alcalde oliventino ha expuesto que en su municipio se trabaja «por lo que nos une, que es mucho más de lo que nos separa en una frontera desdibujada hace décadas».
«Olivenza está plenamente satisfecha y siente orgullo de su pasado y de su historia porque nos hace singulares y nos permite tener una identidad única en toda la península ibérica», ha manifestado. «Como también lo está de su presente y sabe perfectamente cuál es su futuro, al que debe sumarse como potencial esa historia compartida».
Larga historia de mestizaje
«Las muchachas de Olivenza no son como las demás, porque son hijas de España y nietas de Portugal». Así reza una popular jota extremeña que resume a la perfección el sentir de este pueblo fronterizo, cuyos habitantes hacen uso, cada vez más, del derecho a contar con la doble nacionalidad española y lusa.
A mediados del siglo XX en Olivenza el idioma que se escuchaba en las calles era el portugués, aunque ese vínculo transmisor que se había mantenido durante siglos se ha ido rompiendo al morir las generaciones mayores, por lo que hoy en día hablan portugués más de 1.500 oliventinos, fundamentalmente los ancianos, pero también los más jóvenes, que se han beneficiado de las medidas de impulso para mantener en el municipio el conocimiento de la lengua lusa.
Apellidos como Pinto-Amaya, Andrades, Piris, Silva o Sousa proliferan entre los vecinos de Olivenza, cuyas calles, gracias a la iniciativa de la asociación Alem Guadiana, han recuperado la doble señalización española y portuguesa en el casco antiguo.