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Portada de «Las guerras apaches. Polvo y sangre en la última frontera del salvaje Oeste» de Paul Andrew Hutton

Portada de «Las guerras apaches. Polvo y sangre en la última frontera del salvaje Oeste» de Paul Andrew Hutton

Cochise, el otro gran jefe apache en la feroz y más larga contienda de Estados Unidos

Al separarse México de la Corona española en 1821, la situación de los apaches cambió, pues los nuevos gobernantes cortaron los fondos destinados a mantenerlos. Los estadounidenses no tardaron en realizar incursiones contra ranchos y poblados mexicanos en busca de ganado y botín

En los montes Chiricahua de Arizona, nació en 1810 el que sería uno de los más famosos jefes apaches, Cochise. Era un tiempo de paz, pues la Corona española —que administraba esos territorios— había logrado implantar tratados de paz con los apaches para que instalaran sus rancherías cerca de guarniciones o pueblos, suministrándoles ropas y aperos para la labranza. Durante ese periodo, muchos apaches aprendieron a leer y escribir en castellano, mientras crecía su población.

La familia de Cochise le enseñó su religión basada en «Yusen», creador de la vida; en la «Mujer Pintada de Blanco» y sus hijos «Matador de Monstruos» y «Niño de las Aguas», así como en los espíritus de las montañas. Aprendió una ética basada en la generosidad y en la humildad para con los demás miembros de su tribu.

A los catorce años comenzó su preparación como aprendiz de guerrero, sirviendo como ayudante, recogiendo leña, preparando la comida y cuidando de los caballos. A los jóvenes se les preparaba mediante la autodisciplina y la supervivencia en un medio difícil y peligroso. Su enseñanza se completaba con la adquisición de «un poder» sobrenatural, que llegaba en un sueño o a través de un animal mientras caminaba por las montañas. Los apaches llegaron a creer, con el tiempo, que Cochise había adquirido un poder extraordinario, pues logró mantener la lucha contra los blancos durante mucho tiempo.

Fotografía de Cochise

Fotografía de Cochise

Al separarse México de la Corona española en 1821, la situación de los apaches cambió, pues los nuevos gobernantes cortaron los fondos destinados a mantenerlos. Se redujeron sus alimentos y, tres años más tarde, huyeron a las montañas. No tardaron en realizar incursiones contra ranchos y poblados mexicanos en busca de ganado y botín. La respuesta fue violenta, ofreciéndose recompensa por el cuero cabelludo de cada apache que se matara, fuera hombre, mujer o niño.

La guerra se combinó con treguas durante décadas, pero en esas luchas se forjó Cochise como guerrero, cimentando su fama que le llevaría al liderazgo de los suyos. Practicó la poliginia, pues tuvo varias mujeres, aunque su esposa principal fue Dos-teh-seh, hija del jefe chihenne Mangas Coloradas y madre de sus dos hijos varones.

Entre 1846 y 1848, la guerra entre México y los Estados Unidos supuso la derrota del primero y la cesión de Nuevo México, Arizona y California. Cochise ahora tenía en frente a los angloamericanos, cuando había conseguido su reconocimiento como jefe por parte de todos los grupos chokonen y la alianza de los chihennes, gracias a su suegro. Pronto se dio cuenta de que los nuevos colonos no eran como los mexicanos, pues llegaron en mayor número y estaban mejor armados. A partir de 1849, millares de ellos cruzaron Arizona, camino de las promesas de oro de California.

El primer encuentro entre Cochise y los americanos fue en diciembre de 1858, cuando conversó con Michael Steck, agente para los apaches nombrado por Washington. Les entregó raciones, además de cabezas de ganado, maíz, mantas, telas y ollas de bronce a cambio de colaboración en la paz. Cochise se centró en realizar expediciones de robo de ganado a tierras mexicanas, dejando a los norteamericanos en paz, pues estaban construyendo el ferrocarril e instalando un sistema de correos.

En 1861, Cochise fue acusado de atacar un rancho y secuestrar a un niño, por lo que fue capturado, pero logró escapar, cambiando su carácter a partir de entonces. La guerra entre los apaches y los norteamericanos comenzó, atravesando episodios de violencias como tortura y quema de prisioneros blancos o el ahorcamiento del hermano y sobrinos de Cochise.

Al estallar la guerra civil (1861-1865), los soldados de Arizona fueron retirados, lo que aprovecharon los apaches para devastar el territorio, destruyendo granjas, ranchos y minas. En el siguiente decenio se sucedieron duras campañas en que las unidades de caballería atravesaron las llanuras semiáridas de Arizona, penetrando en las sierras en busca de campamentos enemigos. Los apaches respondieron con la guerrilla y la emboscada. Tan solo el envío de artillería equilibró la balanza a favor de los federales, que lograron asentar un fuerte en Apache Pass para proteger a los viajeros y controlar los manantiales.

"Naches" o "Wei-chi-ti", hijo de Cochise, con su esposa. ca. 1884

«Naches» o «Wei-chi-ti», hijo de Cochise, con su esposa. ca. 1884Library of Congress

En 1872, el general Oliver Howard, enviado especial del presidente Grant, llegó al sudoeste con la misión de concertar la paz con los apaches. Se llegó a la misma entre el 11 y 12 de octubre a cambio de conceder una reserva propia para Cochise y su tribu en su propia tierra, siendo agente gubernamental de la misma un amigo del jefe indio, Tom Jeffords. A partir de entonces, el resto de jefes apaches comenzaron también a negociar la paz, aunque hubo comerciantes, militares y funcionarios que recelaron siempre de los indios, favoreciendo el retraso de las raciones, ropas y herramientas prometidas en los acuerdos.

Cochise intentó convencer a su pueblo de que tuviera paciencia, pero falleció de cáncer el 8 de junio de 1874, siendo sucedido por su hijo mayor Ta-sa. Dos años más tarde, el gobierno cerró su reserva y trasladó a los apaches chokonen a la reserva de San Carlos, con otras tribus. Algunos se negaron al traslado y, nuevamente, se lanzaron a la guerra en las montañas entre 1881 y 1886. Gerónimo, Naiche y Victorio fueron sus jefes, muchos de los cuales habían seguido y luchado con Cochise.

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