La presa romana que sigue funcionando después de 2.000 años y evitó una grave inundación por la DANA
Construida en el siglo I d. C. bajo el gobierno del emperador Augusto, la presa de Almonacid de la Cuba (Zaragoza) evitó que el pueblo fuera arrasado
España goza de numerosos vestigios arquitectónicos que atestiguan la huella que dejaron durante siete siglos los romanos en la Península Ibérica. Desde acueductos, murallas y otras cuantas obras de ingeniería que aún siguen en pie como el acueducto de Segovia, o que incluso continúan teniendo la utilidad para la que fueron creadas como es el caso de la presa de Almonacid de la Cuba (Zaragoza), que ha protagonizado imágenes impactantes tras las lluvias torrenciales que cayeron el pasado martes 29 de octubre.
Si bien ha sido en la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha donde la DANA ha causado los peores estragos, las consecuencias de las fuertes precipitaciones también afectaron en otros puntos del país como en Andalucía o Aragón. Ha sido en esta última comunidad donde la presa, ubicada en la comarca del Campo de Belchite, ha evitado que el municipio registrara heridos y daños.
A pesar de tener 2.000 años de antigüedad, su efectividad protegió a Almonacid de la Cuba, un pueblo de 227 habitantes, del caudal del río Aguasvivas, perteneciente a la cuenca del Ebro.
Gracias a esta obra de ingeniería romana, el agua se fue almacenando hasta llegar al límite de la presa y cayendo de forma escalonada, lo que evitó que el agua se desbordara y provocara graves inundaciones. Las imágenes difundidas a través de redes sociales ponen de relieve la eficacia de esta construcción encargada por el emperador Augusto en el siglo I d.C. «Los ingenieros romanos que la diseñaron trabajaron mucho por su mantenimiento, pues era un importante motor económico de esta zona cercana a la metrópoli cesaraugustana», según indica la página web de Patrimonio cultural de Aragón.
Conocida popularmente como la Cuba, esta presa es uno de los monumentos más relevantes de la arquitectura del agua de la Hispania romana y que sus 34 metros de altura la convierten en la más alta romana que se conservan en el mundo. Está realizada en hormigón romano, el cual estaba compuesto de piedras, arena, cal y agua, además de estar revistada por sillares de piedra lo que ha permitido que se conserve en un excelente estado.
La presa ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de los siglos. Por un lado fue construida con propósitos agrícolas y de abastecimiento urbano, pero cuando tras ser abandonado en el siglo III, los musulmanes la utilizaron como azud o presa de desviación de las aguas del río Aguasvivas, lo que ha permitido que su municipio se librara de los efectos de la DANA.
Y por otro, durante la época claudia (41-68 d.C.) se realizó una ampliación y reparada bajo el gobierno de Trajano y posiblemente también con Adriano. Debido a las «avenidas frecuentes aunque de variable intensidad del río Aguasvivas», la presa tuvo una importante rehabilitación en el primer cuarto del siglo II. La última intervención corresponde al siglo XVIII.