Las mejores frases de Winston Churchill sobre España, la República y el Real Madrid
«Sangre, sangre, sangre», fue la frase que utilizó Churchill para recibir al embajador del gobierno republicano español en Londres
Más allá del Winston Churchill como líder de su nación durante la Segunda Guerra Mundial, está el Churchill cronista, escritor y aventurero, que ha dejado para la historia narraciones de lo que vivió durante sus viajes como militar en la India, Sudán, Sudáfrica y la Cuba española, donde descubrió por primera vez lo que era una guerra y el carácter de una nación que admiró desde entonces: España.
En 1895, Churchill había terminado su formación en la Academia Militar de Sandhurst. El joven oficial británico realizó su primera misión como oficial británico en Cuba, que por entonces vivía una insurrección que acabaría en independencia. Su trabajo allí era de observador militar, aunque acabó acompañando a las tropas españolas. Una vivencia en la que descubre el carácter de los españoles, que resumió en su famosa frase: «Los españoles son gente orgullosa que no pasa por alto un insulto». Es entonces cuando nace también esa simpatía que mostró hacia lo español.
No simpatizo con quienes creen inteligente, e incluso gracioso, insultar y ofender al gobierno de España en cualquier ocasión
Después de sus aventuras como militar se pasó a la política y desde allí fue testigo indirecto de la llegada a España de la Segunda República, la Guerra Civil, a la que dedicó varias reflexiones y frases que merece la pena recordar.
Neutralidad anticomunista en la Guerra Civil española
«Blood, blood, blood» («Sangre, sangre, sangre»), fue la frase que utilizó Churchill en septiembre de 1936 para recibir a Pablo de Azcárate, el nuevo embajador del gobierno republicano español en Londres, al que se negó a dar la mano. España estaba gobernada entonces por el Frente Popular y habían enviado a Azcárate con la esperanza de convencer a Inglaterra para que se involucrase en la incipiente Guerra Civil.
Reino Unido junto a otros países estaba a favor de la no intervención en la guerra civil española. No era una cuestión de principios, porque Churchill ya dejó claro que «no estaba a favor de los comunistas. ¿Cómo iba a estarlo cuando de haber sido español me hubieran asesinado a mí, a mi familia y a mis amigos?».
En su libro sobre la Segunda Guerra Mundial, Churchill dedicó un breve capítulo a la cuestión española de la república y la Guerra Civil, en el que describió cómo empezó la contienda, y que se resumió en un par de líneas: «Los comunistas que llegaron al poder emprendieron masacres masivas, a sangre fría, de sus adversarios políticos y de los adinerados, devueltas con creces por las fuerzas franquistas».
Un Churchill merengue
El dramaturgo español Alfonso Paso coincidió varias veces en Niza con Churchill, de uno de esos encuentros salió la conocida frase que delató la envidia sana que tenía el político británico por el Real Madrid, que por entonces estaba dando un espectáculo de fútbol en Europa: «Hay otra cosa que los ingleses no podremos tener nunca. Una vez le dije que el Mediterráneo, ¿verdad? Pues otra más: ese endiablado Real Madrid».
El hombre que quiso a los españoles
«No haga caso de los que dicen que yo he odiado a España. La realidad es que la he querido mucho. Pero confieso que, políticamente, le he hecho todo el daño que me ha sido posible. Los negocios son los negocios», le comentó el británico a Paso en uno de sus encuentros por Niza. Aunque también reconoció la no beligerancia de España como un servicio político a su nación: «El mayor elogio hay que concederlo, sin ninguna dudad, a la decisión española de mantenerse fuera de la guerra. [...] Debo decir que yo consideraré siempre que España rindió entonces un servicio no sólo al Reino Unido, al Imperio británico y a la Commonwealth, sino a la causa de las Naciones Unidas. Por ello no simpatizo con quienes creen inteligente, e incluso gracioso, insultar y ofender al gobierno de España en cualquier ocasión».