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Gustav Stresemann, Joseph Austen Chamberlain y Aristide Briand en Locarno

Gustav Stresemann, Joseph Austen Chamberlain y Aristide Briand en LocarnoBundesarchiv / Wikimedia Commons

Locarno, los tratados que sentenciaron Europa a otra guerra mundial

Estos acuerdos buscaron garantizar el mantenimiento de la paz en Europa occidental. El más importante fue el que estableció un acuerdo sobre las fronteras de Alemania con Francia y Bélgica

Cuando terminó la Primera Guerra Mundial el conflicto se cerró con un acuerdo de paz, conocido como Tratado de Versalles. Firmado el 28 de junio de 1919. Aquella guerra derrocó imperios, alumbró revoluciones, se crearon nuevos estados-nación, dinamitó el Concierto de las Naciones y marcó a varias generaciones. Uno de los que quedó traumatizado fue el escritor Stefan Zweig, quien escribió…

«El amor a la patria no reclama que odiemos y asesinemos a las almas piadosas y fieles de las otras patrias. El amor a la patria exige que les rindamos honores e intentemos unirnos a ellas en busca del bien común».

A nivel general, terminó con el Imperio ruso de los zares y dio paso al comunismo y la URSS; los Estados Unidos pasaron a ser una potencia mundial; se desintegró el Imperio alemán y desapareció el Imperio austro-húngaro; el Imperio otomano entró en crisis; a parte de los nacionalismos y la no aceptación de algunas clausulas por algunos países.

El Tratado de Versalles estaba dividido en 15 partes y 440 artículos. De la séptima a la décima se habla de sanciones, reparaciones, clausulas financieras y económicas. En el artículo 231 se reconocía que Alemania y sus aliados eran los causantes y responsables de toda pérdida y daños sufridos como consecuencia de la guerra. Alemania se quedó sin el 13 % de su territorio y una décima parte de su población. Renania fue ocupada y desmilitarizada. Las colonias alemanas pasaron a ser de la Sociedad de Naciones. Se sometió a juicio al emperador Guillermo II, por crímenes de guerra, obligándolo a dimitir. Además Alemania debía pagar 269.000 millones de marcos de oro para reparar el coste de la guerra.

El Tratado fue efectivo en enero de 1920 y, a partir de 1922 empezó a no ser respetado. ¿Por qué? Los políticos alemanes de derechas consideraban que era una paz impuesta. Alemania redujo la producción industrial y sufrió hiperinflación. Los líderes europeos no quedaron satisfechos de la manera que había quedado dividida Europa. Para muchos era una paz incómoda. De ahí que nacionalismos encabezados por Mussolini y Hitler crecieran y se hicieran fuertes. Alemania acabó de pagar su deuda en 2010, casi un siglo después de ser efectivo el Tratado.

Debido a esta poca voluntad de cumplir con el Tratado de Versalles, en 1925 se firmó los Tratados de Locarno. Con anterioridad, en 1923, Francia y Bélgica ocuparon la región alemana del Ruhr, para saldar parte de la deuda alemana. Estados Unidos y el Reino Unido presionaron a franceses y alemanes para que negociaran. En 1924 se aceptó el Plan Dawes, que facilitó a Alemania el pago de las reparaciones de guerra. El plan se basaba en el principio de negocios, no política y recomendaba la reorganización del Reichbank. Los pagos se efectuarían anualmente y aumentarían al final de un periodo de cinco años, hasta alcanzar la cifra de 2.500 millones de marcos-oro.

Teniendo en cuenta la aceptación del Plan Dawes fue cuando se negociaron los Tratados de Locarno. A parte de los contenidos económicos, en Locarno también debían establecerse las fronteras occidentales alemanas. En 1925 se reunieron el ministro de Asuntos Exteriores alemán Gustav Stresemann, su homólogo francés Aristide Briand, el belga Émile Vandervelde y el del Reino Unido Austen Chamberlain. Además estuvo el presidente del Consejo de Ministros de Italia Benito Mussolini. Se firmó el 1 de diciembre de 1925.

Fotografía de grupo de los asistentes a la conferencia de Locarno

Fotografía de grupo de los asistentes a la conferencia de Locarno

¿Qué acuerdos se tomaron? En total se tomaron cuatro. Un convenio de garantía mutua con respecto a las fronteras de Alemania con Francia y Bélgica (firmado por Alemania, Francia y Bélgica, con el Reino Unido e Italia como garantes); otro de arbitraje entre Alemania y Bélgica, así como entre Alemania y Francia; un acuerdo de arbitraje entre Alemania y Polonia, y otro entre Alemania y Checoslovaquia; y por último, un trato de asistencia mutua entre Francia y Polonia, y otro entre Francia y Checoslovaquia, en caso de ataque alemán.

El tratado de fronteras entre Alemania, Francia y Bélgica establecía que las fronteras occidentales de Alemania, con Francia y Bélgica, eran inviolables; que Francia, Bélgica y Alemania nunca se atacarían mutuamente excepto en caso de legítima defensa o como consecuencia de una obligación de la Sociedad de Naciones; que resolverían sus disputas por medios pacíficos; que, en el caso de que alguno de los firmantes rompiera estos acuerdos, los demás firmantes acudirían en ayuda del atacado según lo que acordara la Sociedad de Naciones. Los tratados entre Francia, Checoslovaquia y Polonia suponían la ayuda mutua en caso de un ataque no provocado.

Después de Locarno Alemania ingresó en la Sociedad de Naciones el 8 de septiembre de 1926 y, en 1930 Renania volvió a formar parte de Alemania. Contrariamente a lo que se pensaba ningún gobierno alemán reconoció las fronteras orientales de Alemania. Los Tratados de Locarno fueron anulados cuando Hitler llegó al poder. También incumplió el acuerdo de arbitraje con Checoslovaquia y Polonia.

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