
Lluís Companys, en el centro, entre rejas tras la intentona golpista de octubre de 1934
La Generalitat reivindica a Companys tras anular su juicio: esta es la razón por la que le fusilaron
El texto de la declaración de reparación del Gobierno indica que Companys fue «represaliado, condenado y fusilado por ser el máximo representantes de la Generalitat y por su militancia e ideología»
Cataluña organizará un acto de reparación al expresidente catalán Lluís Companys, fusilado el 15 de octubre de 1940 por el régimen franquista tras un Consejo de Guerra que el Ejecutivo central ha declarado ilegítimo y nulo. Este será el acto principal del medio centenar de actos que el gobierno catalán organizará con motivo de los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco, tal y como anunció presidente de la Generalitat, Salvador Illa el pasado 7 de marzo.
La declaración de reparación del Gobierno considera «ilegítimas y nulas las condenas del consejo de guerra y las sentencias emitidas por estos y otros tribunales contra el presidente» de la Generalitat. Además, el texto indica que Companys fue «represaliado, condenado y fusilado por ser el máximo representantes de la Generalitat y por su militancia e ideología».
Pero, ¿fusilaron a Lluís Companys por ser presidente de la Generalitat? Como ya explicó en este medio César Alcalá, la respuesta es que no fue condenado por su cargo, sino por lo que hizo mientras lo ocupaba. Primero hay que entender que Companys, a pesar de ser considerado un mártir por muchos y que dio la vida por Cataluña, lo cierto es que «fue un ser mediocre que vio en la política una oportunidad para ganar dinero», explica el historiador y colaborador de El Debate.
Es más, de no haber recuperado la presidencia de la Generalitat y no haber estallado la Guerra Civil, «hoy en día nadie hablaría de Lluís Companys, por su incompetencia y mediocridad». Su ideología era simple y jacobina. Sentía indiferencia e incluso antipatía por el catalanismo y el independentismo, pero a finales de los años veinte del siglo XX, su pensamiento evolucionó hacia el independentismo extremo: «Sus cambios ideológicos le permitieron adaptarse a las circunstancias de una época cambiante políticamente hablando», advierte Alcalá.Pero la clave en toda la historia vinculada con Companys fue el golpe de Estado que dio el 6 de octubre de 1934, tras el cual, fue juzgado y, en vez de fusilarlo, se le condenó a pena de cárcel. Dos años más tarde, cuando el Frente Popular ganó las elecciones de 1936, Companys fue liberado y recuperó la presidencia de la Generalitat.
Ahora bien, cuando el 19 de julio de 1936 estalló la Guerra Civil y la sublevación fracasó en Cataluña, el presidente de la Generalitat permitió que fusilaran a los militares que «dieron el golpe de Estado», recoge el historiador. Mientras que él fue indultado por haber cometido un delito igual el 6 de octubre de 1934, «en 1936 él hizo fusilar a todos los militares sublevados», escribió Francisco Cambó en sus memorias.
Por ello, Alcalá considera que «Companys fue juzgado, procesado y fusilado por sus actos como presidente de la Generalitat, no por serlo. Dicho de otra manera, no se acordó que los militares, en su momento, decidieron no fusilarlo y condenarlo a pena de cárcel. Dos años después se olvidó de todo aquello y no movió un dedo para tratarlos igual que ellos habían hecho con él. Su actitud era imperdonable y, por eso, lo juzgaron. En aquella segunda ocasión no tuvieron ningún tipo de contemplación y lo condenaron a la pena máxima», sentencia el historiador.