Alemania
Un ex guardia nazi de 100 años, a juicio
Este sería el acusado nazi más longevo que se somete a juicio
Dentro de poco se habrán «extinguido» los nazis por juzgar. Los que no estén ya encarcelados habrán muerto de vejez.
Continuando con el proyecto que empezó en 2011 con la condena del nazi John Demjanjuk, Alemania está actualmente midiendo su capacidad de castigo al nazismo. De momento, consideran juzgar a 17 personas por supuesto involucramiento en el holocausto – y ninguna de ellas tiene menos de 95 años.
Ya nos enteramos del drama de la mujer de 96 años, que huyó de su residencia la mañana del juicio con el afán de evitarlo. Y también terminamos conociendo que más que por obstrucción de la justicia, la nonagenaria quiso evitar ser vista en público, avergonzada por su debilidad física.
Hoy es el turno de un antiguo guardia de un campo de concentración, un hombre que tiene 100 años. El acusado nazi más longevo que se somete a juicio en Alemania.
Josef S es acusado de haber sido cómplice «voluntario» en el asesinato de 3,518 prisioneros del campo de Sachsenhause, en Berlín, entre 1942 y 1945. Sus crímenes incluirían el haber contribuido al tiroteo y matanza de prisioneros de guerra soviéticos, además de los asesinatos en las cámaras de gas. Los fiscales añaden que se condujo a las víctimas hacia su muerte «en condiciones inhumanas».
El hombre tenía en aquel momento 21 años, pero su participación habría sido directa y consciente. Por contraste, la defensa de la mujer de 96 años se centró en que, al trabajar fuera del campo de concentración y solo como secretaria, no llegó a percibir de forma gráfica la magnitud de sus crímenes. No puede decirse lo mismo en este último caso.
¿Deberían hombres y mujeres de más de cien años ser juzgados por crímenes cometidos hace ocho décadas? ¿Debería sobre todo tenerse en cuenta el marco del momento de presión militar y cultura nazista? El juez Thomas Will, no duda en responder afirmativamente: «El objetivo de un proceso criminal es de establecer culpabilidad». Así mismo, otro juez declaró que cualquier persona que hubiera sido «un engranaje en la máquina de destrucción del holocausto» tendría que sufrir las consecuencias a pesar de los años.
El precedente indica, sin embargo, que la gente de mayor edad no suele ir a la cárcel. Podemos por lo tanto comprobar que se trata de unos procesos simbólicos para concienciar y no perder la memoria del Holocausto, una forma de «justicia simbólica».