Condenados los tres hombres que mataron a un joven negro al confundirlo con un ladrón en EE.UU.
Los tres condenados persiguieron al joven Ahmaud Arbery durante varios minutos hasta que lo abatieron a tiros
Un jurado popular en el estado norteamericano de Georgia ha declarado culpables a los tres hombres blancos que asesinaron en febrero de 2020 al joven negro Ahmaud Arbery, cuando corría por la calle y después de confundirlo con un ladrón. El asesinato del joven Arbery fue uno de los casos que alimentaron las protestas antirracistas del movimiento Black Lives Matters.
Travis McMichael fue quien disparó contra Arbery, acompañado de su padre, Gregory, y de su vecino, William 'Roddie' Bryan. Los tres persiguieron al joven asesinado tras confundirlo con un delincuente y le dieron caza para terminar matándolo. Los tres han sido declarados culpables en un juicio que ha durado un mes.
El caso ha sido juzgado por un jurado popular compuesto por 12 miembros, entre los que sólo había una persona negra, que deliberaron durante más de 11 horas antes de trasladar al juez su veredicto unánime.
El anuncio de la condena de los tres atacantes fue celebrada fuertemente por los manifestantes congregados fuera del tribunal de Brunswick, que corearon el nombre del fallecido Ahmaud Arbery. Dentro de la sala, un familiar del fallecido soltó un grito de alegría cuando se hizo pública la condena a McMichael, autor de los tiros que mataron al joven.
Cadena perpetua
El 23 de febrero de 2020, el joven afroestadounidense de 25 años Ahmaud Arbery estaba corriendo por las calles de la localidad costera de Brunswick. En ese momento, los tres hombres hombres comenzaron a perseguirlo sin motivo aparente. Le habían confundido con un ladrón que nada tenía que ver con él. Arbery trató de huir pero, después de cinco minutos de persecución, Travis McMichael lo abatió a tiros.
Travis McMichael, de 35 años, el oficial de policía retirado Gregory McMichael, de 65, y Bryan, de 52, enfrentan una posible cadena perpetua por el asesinato de Arbery.
El vídeo del tiroteo se viralizó en las redes sociales, alimentando la creciente polémica sobre el racismo en Estados Unidos. Las imágenes difundidas contribuyeron a la detención de los tres culpables, aunque ellos se declararon inocentes de todos los cargos.
Afirmaron que habían confundido a Arbery con un ladrón y, además, trataron de escudarse tras una ley estatal de Georgia que permite a los ciudadanos realizar arrestos. A su vez, en su estrategia judicial incluyeron la legítima defensa, acusando a Arbery de haber reaccionado de forma agresiva cuando comenzaron a perseguirle.
Los tres condenados enfrentan también cargos federales por racismo y tendrán que volver a someterse a un nuevo juicio el próximo mes de febrero.
El caso alentó las protestas de 2020 en Estados Unidos contra la injusticia racial provocadas por el asesinato de George Floyd, un hombre negro de 46 años, por un oficial de policía blanco en Minnesota.