Ucrania
Borrell emprende una visita de alta tensión a Ucrania bajo la sombra de la invasión rusa
El alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea transmitirá al gobierno ucraniano el apoyo de la Comisión Europea a su soberanía e integridad territorial
El alto representante para Asuntos Exteriores y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, viaja este martes a Ucrania para transmitir su «fuerte apoyo» a la integridad territorial ucraniana y su soberanía frente a la amenaza militar rusa.
En un comunicado difundido por la Comisión Europea se señala que Borrell estará en el país hasta el próximo 6 de enero. En el comunicado se explica que con este viaje la Comisión pretende mostrar a las autoridades ucranianas su respaldo ante «el aumento de presión militar rusa y sus acciones híbridas».
Josp Borrell se reunirá con el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, y juntos «visitarán el este de Ucrania y la línea de contacto» con las áreas controladas por los rebeldes independentistas prorrusos del Donbás, donde se libra una larga y cruenta guerra desde el año 2014.
A continuación, Josep Borrell «viajará a Kiev donde se encontrará con las autoridades ucranianas».
Tercer encuentro en dos meses
Este viaje se produce unos días antes del encuentro entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el presidente ruso, Vladimir Putin, previsto para el 10 de enero, para tratar la desescalada en la frontera entre Rusia y Ucrania y pactar un marco de seguridad en Europa.
Se trata de la tercera vez en menos de dos meses en que ambos mandatarios conversan sobre este asunto, después de la reunión por vídeo llamada que mantuvieron el 7 y el 30 de diciembre.
En esas conversaciones ambos dirigentes intercambiaron reproches, exigencias y amenazas. El presidente Biden advirtió que una invasión de Rusia sobre Ucrania acarrearía unas sanciones nunca vistas de Estados Unidos y sus aliados contra Rusia, sin descartar tampoco la vía militar.
Rusia reclamó el desmantelamiento de baterías de misiles en países de la OTAN junto a sus fronteras, exigió que la OTAN renuncie a admitir a Ucrania y Georgia en la Alianza Atlántica, que Ucrania renuncie a recuperar la península de Crimea y que se establezca una distancia mínima de las costas y fronteras rusas para las maniobras militares de la OTAN.
Tras difundirse las exigencias, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que Rusia no podía tomar decisiones sobre la OTAN y rechazó que Rusia pueda inmiscuirse en la soberanía ucraniana.
Más de 100.000 soldados
Rusia mantiene una importante concentración de tropas y material bélico en la frontera con Ucrania que superaría los 100.000 soldados.
Hace unos días, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Adam Schiff, aseguró que la invasión del ejército ruso en Ucrania es «muy probable» y subrayó que sólo unas «enormes sanciones» podrían evitarlo.
Rusia, por su parte, rechazó las acusaciones, negó que tenga planes de invadir Ucrania y recordó que las tropas rusas están legitimadas para desarrollar su labor en cualquier punto del territorio ruso, incluso cerca de sus fronteras.
Además, Putin señaló que la imposición de nuevas sanciones contra Rusia sería «un error colosal» que provocaría «una ruptura total» entre Rusia y Estados Unidos y sus aliados.
En una llamada telefónica del pasado 3 de enero, el presidente Joe Biden aseguró al presidente ucraniano Volodímir Zelenski que Estados Unidos respaldaría a Ucrania en caso de invasión. Al finalizar la llamada, la Casa Blanca reveló en un comunicado que «el presidente Biden dejó claro que EE.UU. y sus aliados y socios responderán decisivamente si Rusia invade más Ucrania».