Crisis en Kazajistán
Suben las cifras de muertos a 164 fallecidos en los enfrentamientos en Kazajistán
La mayor parte de las muertes en los enfrentamientos entre manifestantes y policía se han producido en Almaty
Las cifras de muertos en los disturbios registrados desde el pasado 2 de enero en Kazajistán han ascendido a 164 personas fallecidas.
Según datos facilitados por el ministerio de Salud, recogidos por varios medios de comunicación locales, al menos 103 de las víctimas se habrían producido en Almaty, segunda ciudad del país, donde se han registrado los enfrentamientos más violentos entre manifestantes y policía.
En Almaty, donde las protestas estallaron el pasado 4 de enero por la represión violenta de las primeras manifestaciones pacíficas en ciudades de provincia, los manifestantes lograron que las fuerzas de seguridad se replegaran y consiguieron ocupar varios edificios oficiales, como la sede del gobierno local.
El presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, cesó al gobierno y ordenó una bajada generalizada de los precios de los combustibles. Pero no solo no logró aplacar la ira ciudadana, sino que los manifestantes aumentaron sus exigencias y comenzaron a reclamar un cambio de sistema político.
La chispa que encendió las protestas fue el alza del precio del gas licuado y otros combustibles. En Almaty los manifestantes demostraron tener capacidad para poner en riesgo la estabilidad del régimen.
Tokayev acusó a los manifestantes de ser «terroristas armados» y dio ordenes a las fuerzas de seguridad de disparar a matar.
«He ordenado a las agencias de seguridad y a las fuerzas armadas que disparen indiscriminadamente a matar». «Los terroristas no han rendido sus armas, siguen cometiendo crímenes y organizándolos. La guerra contra ellos debe llevarse a cabo hasta el final. Aquel que no se rinda será destruido», anunció.
Además, reclamó la intervención de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar encabezada por Rusia y en la que participa Kazajistán junto con Bielorrusia, Armenia, Kirguistán y Tayikistán.
Tras la intervención de las tropas rusas y de los demás países de la OTSC, el presidente kazajo afirmó que se había recuperado el control que había vuelto el orden a Almaty. Insistió en afirmar que los manifestantes eran terroristas armados y definió el despliegue de las fuerzas de la OTSC como «una misión antiterrorista».