Civiles ucranianos se entrenan para combatir a los soldados rusos en caso de invasión
Vecinos de Kiev reciben entrenamiento militar para defenderse en caso de entrada de tropas rusas
En un área militar a las afueras de Kiev, un grupo de civiles realizan ejercicios de combate según las indicaciones de un militar ucraniano. Sus armas, por el momento, son unos Kaláshnikov de madera que imitan con bastante fidelidad el mortífero fusil de asalto AK-47 de fabricación soviética.
«El enemigo está en la frontera, así que debemos estar preparados», afirma un hombre de 64 años en un descanso durante el curso de actualización militar.
Declaraciones del embajador en Madrid
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Un reciente reportaje de la BBC recogió numerosos testimonios de civiles en Kiev que, de diferentes formas, se preparan para lo peor y hacer frente al invasor extranjero.
En los últimos meses, 130.000 soldados rusos se han apostado en la frontera de Ucrania con Rusia y Bielorrusia. Kiev, a pocos kilómetros de la frontera con su incómodo vecino bielorruso, está especialmente expuesta a la posible agresión.
Sus ciudadanos viven entre la ansiedad, la incertidumbre y la incredulidad. «La semana pasada me encontraba realmente ansiado. He tenido que ir al psicólogo para que me ayude», aseguró un vecino a las cámaras de la BBC.
En general, los ciudadanos de Kiev se muestran en el reportaje del canal británico escépticos ante la posible invasión. Desde los sucesos del Maidán, la ocupación de Crimea y la guerra del Donbás, todo ello en 2014 y 2015, los ucranianos viven con la amenaza permanente de una invasión masiva de las tropas rusas.
En esta ocasión, tampoco creen que la agresión vaya a producirse, pero el clima prebélico es más claro que nunca y lo prudente es estar preparado.
Mientras los funcionarios de inteligencia se afanan en tranquilizar a la población y evitar que se desate el pánico con mensajes que tratan de rebajar la amenaza rusa, las escuelas de Kiev realizan simulacros periódicos de ataques aéreos o de morteros.
Muchos ucranianos se han descargado y estudiado guías de emergencia en caso de evacuación. Muchos vecinos de Kiev han delineado rutas de escape para salir de la ciudad en caso de que estallen las hostilidades y evitar quedarse atrapado en la capital si las tropas rusas la asedian.
Los simulacros no se limitan sólo a las escuelas. Los bosques de los alrededores de Kiev, entre ruinas de viejas fábricas soviéticas, son el escenario donde los militares ucranianos instruyen a los escépticos ciudadanos para situaciones de combate. Entre los vecinos también hay personas que, en situaciones normales, serían demasiado mayores para empuñar un arma.
Algunos confían en la capacidad de disuasión de los aliados de la OTAN frente al desafío ruso: «No creo que los rusos nos invadan gracias a que nuestros aliados occidentales nos han proporcionado armas», asegura Vasyl Nazarov, de 61 años. «No creo que lleguen a Kiev», añadió, «pero hay que estar preparados para lo que pueda suceder».
Entre los reservistas ucranianos dispuestos a salir de su plácida vida civil para enfrentarse a los soldados rusos está Mariana Jaglo, de 52 años y profesional del marketing y madre de dos niños y una niña. En una entrevista concedida a AFP muestra un moderno fusil Zroyar Z-15 que guarda en su cocina mientras su gato se pasea indiferente por la encimera.
«No nos vamos a quedar sentadas. Estamos preparadas para darles la bienvenida que se merecen», asegura.
Tras atender al teléfono, vuelve a tomar el fusil de fabricación ucraniana y explica su funcionamiento: «Tiene mira mecánica y telescópica, soportes y silenciador».
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, insistió en que Ucrania tiene derecho a defenderse de una invasión rusa, y advirtió que «no vamos a ceder ni una parcela de tierras, no vamos a ceder nuestros territorios, sin importar cuál sea el precio».