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Vladimir Putin y Xi Jinping durante la reunión de este viernesAFP

La hora de Putin y Xi Jinping: acuerdan por escrito una estrategia para imponer su hegemonía global

El presidente de Rusia y el de China firman una declaración conjunta en Pekín horas antes de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno

Frenar la expansión de la OTAN, imponer la visión rusa sobre la seguridad europea, impedir la independencia de Taiwán o impulsar la hegemonía ruso-china en el comercio mundial. Esos son algunos de los principios incluidos en la declaración conjunta firmada este viernes en Pekín entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping.

Ambos mandatarios se reunieron en la capital china horas antes del inicio de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno.

El Debate desgrana los puntos principales de la declaración común donde se puede vislumbrar la visión del mundo que tratan de imponer ambos países autoritarios.

OTAN

Rusia y China «se oponen a los intentos de fuerzas extranjeras de debilitar la seguridad y estabilidad de sus entornos geográficos, y tienen la intención de contrarrestar la interferencia de esas fuerzas extranjeras en los asuntos internos de países soberanos».

La advertencia va dirigida, en concreto a la OTAN. Ambas partes «se oponen a una nueva ampliación de la OTAN y reclaman a la Alianza del Tratado del Atlántico Norte que abandone sus puntos de vista ideologizados propios de la Guerra Fría».

Seguridad

Xi Jinping garantizó el apoyo chino a «las propuestas presentadas por la Federación Rusa para crear garantías de seguridad a largo plazo en Europa que sean legalmente vinculantes».

Ambas partes expresan su preocupación por los planes de Estados Unidos «para desarrollar una red global de defensa antimisiles y desplegarla en varias regiones del mundo».

Rusia y China reafirman su derecho, como potencias mundiales y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, a «defender con firmeza el sistema internacional con el papel central de coordinación de las Naciones Unidas en los asuntos internacionales».

En ese sentido, Rusia se adhiere al concepto propuesto por China de «Comunidad de Destino Común para la Humanidad», cuyo objetivo es «garantizar una mayor solidaridad de la comunidad internacional y la consolidación de los esfuerzos para responder a los desafíos comunes».

Por su parte, China respalda a Rusia en su demanda de «un sistema multipolar justo en las relaciones internacionales».

China y Rusia «defenderán con firmeza los resultados de la Segunda Guerra Mundial y el orden mundial resultante de posguerra existente».

Amistad Rusia-China

Rusia y China expresan que «las relaciones interestatales entre ambos son superiores a las alianzas políticas y militares de la era de la Guerra Fría». Señalan, asimismo, que «la amistad entre los dos Estados no tiene límites» y reafirman que «el fortalecimiento de la cooperación estratégica bilateral no se dirige contra terceros países». Piden, además, «el establecimiento de un nuevo tipo de relaciones entre potencias mundiales que se sostenga en la base del respeto mutuo».

En ese sentido, ambas partes reafirmaron su intención de «fortalecer la coordinación de la política exterior, proponen un verdadero multilateralismo, fortalecer la cooperación en plataformas multilaterales, defender los intereses comunes, defender los equilibrios de poder internacionales y regionales, e impulsar la gobernanza global».

Taiwán

Ambas partes «reafirman su apoyo mutuo para la protección de sus intereses fundamentales, la soberanía estatal y la integridad territorial, y se oponen a la interferencia de fuerzas extranjeras en sus asuntos internos».

Además, Rusia «reafirma su apoyo al principio de ‘una China’, lo que confirma que Taiwán es parte inalienable de China y se opone a cualquier forma de independencia de Taiwán».

AUKUS

Los dos presidentes y aliados también mostraron en la declaración su preocupación por «la alianza trilateral entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido (AUKUS) que prevé una cooperación más profunda entre sus miembros en áreas que afectan a la estabilidad estratégica».

En concreto, Putin y Xi Jinping expresaron su preocupación por el deseo de estos tres países «de iniciar una cooperación en el campo de los submarinos de propulsión nuclear».

Rusia y China creen que esta alianza supone el aumento del peligro de que se desencadene una carrera armamentística en la región, «y plantean graves riesgos de proliferación nuclear».

Desarme nuclear

La declaración común muestra también su satisfacción por el compromiso reciente alcanzado en el Consejo de Seguridad de la ONU, por parte de los cinco países con armas nucleares, de reducir sus armamentos nucleares y tomar medidas para reducir el riesgo de guerras nucleares.

Rusia y China reafirman que el Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares es «la piedra angular del sistema internacional de desarme y no proliferación» y piden a la comunidad internacional que promueva su aplicación.

Democracia

En la declaración, ambas partes se comprometen «a promover la democracia», que consideran «un valor universal». Se trata de una declaración que no deja de ser sorprendente en dos países que se caracterizan por el autoritarismo de sus estructuras políticas y por la violación de derechos humanos.

Sin embargo, la declaración se comprende acto seguido cuando Putin y Xi Jinping aclaran que «no existe un único modelo que guíe a los países en el establecimiento de la democracia», y añaden: «Corresponde únicamente al pueblo del país decidir si su Estado es democrático».

En ese sentido, Putin y Xi Jinping lo tienen claro: Rusia y China «tienen una larga tradición democrática, con miles de años de experiencia de desarrollo y amplio apoyo popular».

Putin y Xi Jinping rechazan «los intentos de algunos Estados de imponer sus propios modelos democráticos a otros países». «Son burlas a la democracia y atentan contra el espíritu y los verdaderos valores democrático». Esos intentos «suponen graves amenazas a la paz y la estabilidad mundial».

En la declaración, ambas partes condenan «la injerencia en los asuntos internos de Estados soberanos con la excusa de proteger la democracia y los derechos humanos».

Estrechar lazos comerciales

China y Rusia acordaron en la declaración estrechar los lazos comerciales entre ambos países con dos proyectos considerados estratégicos para cada uno de ellos: la Unión Económica Euroasiática, promovida por Rusia, y la Nueva Ruta de la Seda, o Belt and Road Initiative, impulsada por China.

Especialmente llamativo es el compromiso de ambas partes de «continuar intensificando la cooperación práctica para el desarrollo sostenible del Ártico», lo que podría traducirse como la búsqueda de acuerdos para explotar los recursos naturales ocultos bajo el hielo polar.

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