Unos 70.000 muertos y cinco millones de refugiados, balance de una hipotética invasión a Ucrania
Estados Unidos calcula el precio en vidas humanas si hay guerra y Rusia lo considera parte de una campaña hostil en su contra
Estados Unidos ha hecho sus cálculos ante una posible, lo de probable está por ver, invasión de tropas rusas en Ucrania. El Gobierno de Joe Biden estima que la operación sólo se prolongaría por dos días y el balance total podría llegar a alcanzar una cifra superior a setenta mil víctimas mortales y generar una crisis migratoria con más de cinco millones de refugiados.
El diario The New York Time se hizo eco de este hipotético escenario que baraja el Pentágono y lo compartió en el Congreso hace unos días. De acuerdo al informe, de saltar la chispa que hiciera estallar el polvorín de la guerra, Polonia sería el país al que huiría el mayor número de civiles. Los efectivos militares que Vladimir Putin necesitaría, según su criterio, serían 150.000 soldados distribuidos en 119 batallones para hacerse con el control de Ucrania.
La información del NYT, firmada por Helena Cooper y David E. Sanger, da cuenta de una reunión a puerta cerrada con los legisladores, donde se puso sobre la mesa este escenario aunque evitaron darlo como probable. En caso de cumplirse las peores predicciones, advirtieron de que se trataría de la operación militar de mayor envergadura desde el fin de la segunda Guerra Mundial. El precio en vidas humanas lo calcularon entre 25.000 y 50.000 civiles, de cinco mil a 25.000 soldados ucranianos y de tres mil a diez mil soldados rusos. Las fechas que baraja la inteligencia de Estados Unidos, si Vladimir Putin diera el paso fatal, sería algún día de la segunda quincena de este mes de febrero.
El embajador adjunto ruso en Naciones Unidas, Dmitry Polyanski calificó de: «Locura y alarmismo continuo», estas especulaciones planteadas en el Congreso bajo la batuta del secretario de defensa Lloyd J. Austin III, el secretario de Estado Antony Blinken, la directora de inteligencia nacional, Avril D. Haines y el general y presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark A. Milley. A estos y al resto del mundo, les preguntó el ruso: «¿Qué pasaría si dijéramos que Estados Unidos podría apoderarse de Londres en una semana y causar trescientos mil muertos de civiles? Todo basado en nuestras fuentes de inteligencia que no revelaremos. ¿Le parecería bien a los estadounidenses y a los británicos?».
Advertencia y matices
La tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania se ha convertido en una montaña rusa de advertencias, amenazas, reflexiones y correcciones o matizaciones de uno y otro bando. La dialéctica beligerante de las últimas semana está intercalada con declaraciones destinadas a rebajar o subir la tensión depende de quién hable. En el primer apartado se enmarcan las reiteradas intervenciones del Kremlin donde se niega que haya intención o voluntad de entrar por la fuerza en Ucrania mientras despliega un dispositivo militar formidable en Bielorrusia y en el cinturón de Ucrania. En palabras del embajador de Rusia en Madrid, a «295 kilómetros de la frontera que es la misma distancia que hay entre Calatayud y Francia», escenificó para descalificar que los soldados rusos estén a las puertas de Ucrania.
En contraste Jake Sullivan, asesor principal de seguridad nacional de la Casa Blanca se despachó en la cadena de televisión FOX. «Cualquier día, ahora, Rusia podría adoptar acciones militares contra Ucrania, lo podría hacer en un par de semanas o escoger la vía diplomática».
Sullivan llegó a analizar diferentes escenarios posibles sobre los que trabajaría Moscú. Entre otros, buscar la anexión del Donbás (este de Ucrania) donde buena parte de la población se siente rusa y e l idioma que se habla en la calle es el ruso; ir directamente a por todo y bombardear Kiev o hacerlo estilo último modelo, al concentrar sus fuerzas en ataques informáticos.
Después de entrar al trapo de las especulaciones o provocaciones verbales, como diría Rusia, el principal asesor de la Casa Blanca manifestó que el deseo tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea, es llegar a un consenso y lograr una solución diplomática. En este sentido, añadió que todavía hay espacio para negociar y es ahí donde apuntan los esfuerzos de la primera potencia del planeta.
Cadáveres y actores
Una de cal y otra de arena, el portavoz de Defensa de EE.UU. John Kirby calentó los ánimos, de por sí fáciles de encender, al plantear días antes una hipótesis de conflicto que levantó ampollas en Moscú: «Rusia podría producir un vídeo de propaganda, con aparentes cadáveres y actores que simularan ser gente de luto, incluir imágenes de zonas destruidas y equipos y armamento». Descalificado de nuevo por el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, que calificó las «reflexiones» de «absurdas», el último en volver a referirse a una guerra inminente fue el senador Marco Rubio al considerar que una invasión era «casi segura».