Fundado en 1910

El presidente ruso, Vladimir Putin, en una reunión en el KremlinAFP

Estos son los enemigos del Kremlin que han sufrido misteriosos envenenamientos

Navalni no es el único; existe un largo historial de envenenamientos sospechosos vinculados con Vladimir Putin

Esta semana, el oligarca ruso Roman Abramovich sufrió síntomas de envenenamiento tras una reunión en Kiev. Parece ser que no fue más que una reacción, pero el miedo tiene su fundamento: en 2020, Alexei Navalni, opositor ruso, estuvo a las puertas de la muerte por envenenamiento. Durante el transcurso de un vuelo desde Omsk hasta Moscú, Navalni empezó a gritar agonizante, seguro de que moría; más tarde, se demostró que había sido envenenado con Novichok, una potente sustancia letal.

Se trata de un agente nervioso desarrollado por las fuerzas militares soviéticas en los años setenta y ochenta. El Novichok ralentiza el funcionamiento del cuerpo, en particular el de los canales de respiración, para terminar por asfixiar a la víctima. Según Leonid Volkov, socio de Navalni y político ruso, es una sustancia típica del Kremlin, casi como «una firma en la escena del crimen».

Hasta hoy, y desde la cárcel, Navalni acusa al Kremlin de su intento de asesinato. No es el único. Existe un largo historial de opositores de Vladimir Putin que mostraron síntomas de envenenamiento, o murieron en circunstancias sospechosas. ¿Quiénes son?

Sergei Skripal

Afortunadamente, ambos sobrevivieron; cuando llegaron al hospital, en condición crítica, los oficiales descubrieron trazas de Novichok en sus cuerpos.

Vladimir Kara-Murza

Vladimir Kara-Murza es un activista de la oposición rusa, que denunció dos intentos de envenenamiento, en 2015 y 2017. Según confirma la agencia Reuters, un laboratorio alemán encontró niveles elevados de mercurio, cobre, zinc, y magnesio, en su cuerpo. Moscú niega cualquier involucramiento.

Alexander Litvinenko

Alexander Litvinenko murió en 2006, con 43 años. Su fallecimiento hizo sonar las alarmas; se trataba, al fin y al cabo, de un exagente del KGB y vocal crítico del presidente ruso, Vladimir Putin. Murió tras beber té verde mezclado con polonium-210, un potente isotopo radioactivo.

Una investigación británica concluyó que lo más probable fuera que Putin ordenase el asesinato. Las pesquisas resultaron en el descubrimiento de que el antiguo guardaespaldas del KGB Andrei Lugovoy y otro hombre ruso, Dmitry Kovtun, llevaron a cabo la operación. Pero detrás de todo se encontraba el cerebro del FSB, servicio de seguridad federal ruso, y descendiente ancestral del KGB.

Alexander Perpilichny

Otro enemigo del Kremlin que, lamentablemente, no sobrevivió. Alexander Perpilichny, de 44 años, apareció muerto cerca de su lujosa mansión londinense. Tras ayudar en una investigación suiza sobre un asunto de lavado de dinero ruso, huyó a Reino Unido donde murió de forma repentina y sospechosa, en 2012.

La investigación policial posterior descubrió trazas de la planta gelsemium, veneno raro y letal, en su estómago. Su última cena fue un enorme cuenco de sopa lleno de alazán, popular plato ruso.

Viktor Yushchenko

El envenenamiento sucedió, supuestamente, durante una cena en Kiev con oficiales de los servicios de seguridad ucranianos. Cuando se sometió a un examen médico, aparecieron en su cuerpo niveles de dioxina mil veces más altos de lo normal. El veneno desfiguró su rostro y cuerpo, y ha necesitado docenas de operaciones para recuperarse al completo.

Georgi Markov

Periodista búlgaro y opositor al Gobierno comunista de entonces, Markov murió en 1978, tras sentir un agudo dolor en el muslo, en Londres. Según testimonios del incidente, Markov se giró para observar a un hombre detrás de él, que recogía un paraguas caído. El misterioso individuo masculló un «lo siento» antes de desaparecer entre el gentío.

Horas más tarde, el búlgaro murió por un envenenamiento por ricina, para el que no existe antídoto alguno.