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Carl Buntion, condenado a muerte en Texas por asesinar a un policía

Carl Buntion, condenado a muerte en Texas por asesinar a un policíaAFP

Historia de un crimen

Tras 32 años esperando a la muerte, Texas ejecuta a su condenado más longevo

Carl Buntion tenía 78 años y llevaba tres décadas en el corredor de la muerte por asesinar a un policía

Carl Wayne Buntion tenía un hermano gemelo, que se llamaba Kenneth. En abril de 1971, días después de su 27 cumpleaños, dos agentes de Policía lo asesinaron durante un tiroteo indiscriminado. Carl, el hermano que quedó, solo y desparejado, juró venganza.

Cumpliría su promesa casi veinte años más tarde.

Era junio, 1990, y el gemelo superviviente iba de copiloto mientras circulaba por una carretera de Huston, Texas. ¿Pesaría ya entonces su conciencia con el lastre de la culpa?

No era ni por asomo inocente: acarreaba un largo historial criminal, que incluía posesión de drogas, robos, y abusos sexuales a un niño pequeño. Por este último delito, fue condenado a 15 años de cárcel, pero penó 13 meses y salió en libertad condicional.

Sin embargo, en aquella tarde estival, cuando el desafortunado policía James Irby mandó parar el coche, cabe deducir que en la mente de Carl Buntion imperaba únicamente el deseo de vengar a su hermano. Mientras el agente dialogaba con el conductor, Buntion salió del vehículo, y disparó a Irby en la cabeza.

El agente cayó al asfalto, sin vida; Buntion le pegó dos tiros más, por la espalda, y huyó de inmediato mientras seguía disparando a otros agentes que se encontraban en la carretera.

Tras asesinar a James Irby, cuyo único pecado fue estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, Buntion trató de robar un coche y matar a su conductor.

En su caótica huida, disparó a otro oficial y tomó a un civil como rehén antes de que, finalmente, lo detuvieran en un edificio cercano.

El fallecido Kenneth Buntion fue vengado; a su hermano gemelo, Carl, lo condenaron a muerte por asesinato en 1991.

Condenado a muerte en Texas

En 2009, cuando ya llevaba 18 años entre rejas, el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas anuló la pena capital de Buntion. Esfuerzo inútil: en 2012, un jurado volvió a condenarlo a muerte.

Desesperados, los abogados del asesino intentaron recurrir antes la Corte Suprema de Estados Unidos, que, en 2021, rechazó la petición.

Tras el nuevo fracaso, Carl Buntion se convirtió en el preso más anciano condenado a muerte en Texas. Entonces, había pasado 30 años encarcelado, aguardando a su muerte.

El largo encarcelamiento de Carl Buntion, y otros como él, pone en tela de duda la constitucionalidad de la pena de muerteJuez Stephen Breyer

Finalmente, fue ejecutado, el 21 de abril de 2022, por inyección letal. Así concluyó una vida marcada por la violencia; además de la infringida al prójimo durante su larga ristra de crímenes, Carl sufrió abusos por parte de su padre, que asesinó a un hombre mientras los hermanos aún eran menores. Llegó a romperles huesos y a causarles trastorno de estrés post traumático.

«El largo encarcelamiento de Carl Buntion, y otros como él, pone en tela de duda la constitucionalidad de la pena de muerte», consideró el juez Stephen Breyer, a través de un comunicado poco después de que la Corte Suprema rechazase su recurso.

Los abogados del preso, David Dow y Jeffrey Newberry, también cuestionaron la eficacia de una pena de muerte tan tardía: «Este retraso de tres décadas contradice la lógica de la pena capital. Cualquier efecto disuasorio se ve disminuido por la demora», escribieron en otro comunicado.

Algunos lamentaron su muerte; una docena de moteros se agrupó frente a la cárcel, y aceleraron sus motores para demostrar apoyo al preso. El ruido de sus máquinas pudo escucharse desde la cámara donde se llevaba a cabo la ejecución.

Pero, sobre todo, fue celebrada. «Siento alegría», compartió Maura Irby, viuda del policía asesinado. «Me apena que alguien haya tenido que morir. Pero nunca percibí [a Carl Buntion] como persona. Me parecía un objeto, un cáncer en mi familia», agregó tras presenciar la ejecución.

James Irby tenía dos hijos, de uno y tres años de edad, cuando Carl Buntion le pegó el tiro que acabó con su vida.

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