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Lanzamiento del cohete Angara-1.2PP el 25 de junio de 2014

Lanzamiento del cohete Angara-1.2PP el 25 de junio de 2014Ministerio de Defensa Ruso

63 días de guerra

Rusia retoma el desarrollo de 'cohetes ligeros espaciales' y plantea otro desafío a Occidente

La tecnología alrededor de estos cohetes, de completa fabricación rusa, puede dar ventajas estratégicas tanto en campos civiles como militares

El dominio del espacio o mejor dicho el control de la tierra desde el espacio es un campo de desarrollo estratégico que tanto China como Rusia exploran con mayor intensidad.

En 2007, China realizó la primera prueba de armas que alcanzó la orbita terrestre, esta prueba fue llamada ASAT. La prueba, realizada con éxito, supuso una demostración de fuerza de China en la carrera espacial con Estados Unidos y el inicio de una carrera armamentística en el espacio.

Ahora se conoce que la Corporación Espacial Estatal rusa Roscosmos retomará las pruebas de lanzamiento de sus modelos de cohetes ligeros espaciales Angara desde el puerto espacial de Plesetsk a unos 800 km al norte de Moscú.

Según la agencia estatal de noticias rusas TASS, un cohete portador ligero Angara-1.2 será lanzado desde este centro espacial en «el futuro inmediato», dijo el jefe de Roscosmos, Dmitry Rogozin.

Lanzamiento de cohete ligero espacial Angara-1.2PP 2014

Lanzamiento de cohete ligero espacial Angara-1.2PP en 2014Roscosmos

El Angara es una familia de cohetes espaciales rusos de última generación. Consiste en cohetes portadores ligeros, medianos y pesados con una capacidad de elevación de hasta 37,5 toneladas. «La nueva familia de cohetes utiliza componentes propulsores respetuosos con el medio ambiente», señalan desde el Gobierno ruso.

Pruebas y lanzamientos

Los primeros tres lanzamientos de cohetes pesados del tipo Angara tuvieron lugar desde el puerto espacial de Plesetsk el 23 de diciembre de 2014, el 14 de diciembre de 2020 y el 27 de diciembre de 2021.

El único lanzamiento de un cohete ligero del modelo Angara-1.2PP tuvo lugar el 9 julio de 2014, luego de un primer intento fallido el 27 de junio tras un problema con una válvula tan sólo 79 segundos antes del despegue.

Según el Ministerio de Defensa ruso, ese primer lanzamiento hace ya casi ocho años fue exitoso al alcanzar el área proyectada del rango de impacto de Kura en la península de Kamchatka a 5.700 kilómetros del lugar de lanzamiento, 21 minutos después de despegar.

La distancia recorrida por ese cohete que puede cargar un satélite, pero también una carga explosiva –nuclear o no– es suficiente para alcanzar cualquier capital europea. Con las tensiones al alza entre Rusia y Occidente esta capacidad en manos de Putin genera más que preocupaciones.

Una apuesta a largo plazo

Las nuevas instalaciones de producción del Centro Khrunichev –parte de la Corporación Estatal de Roscosmos– dadas a conocer en 2021, permitirán a Rusia producir hasta diez misiles de la familia Angara por año.

En marzo de 2020, Roscosmos y el Ministerio de Defensa de Rusia aprobaron un programa de producción hasta 2030. En dos ciudades de Rusia se están realizando preparativos a gran escala para el inicio de la producción en serie de misiles de esta familia.

Para fines de 2022, comenzará la entrega de misiles en serie de la familia Angara y para este mismo año en el marco del proyecto de I+D Amur está previsto iniciar la fabricación de los primeros prototipos del misil Angara modernizado A5M.

«Valle de innovación aeroespacial»

Esta semana, el servicio de prensa del Gobierno ruso informó que se creará un valle de innovación aeroespacial en la región rusa de Riazán –a 196 kilómetros al sureste Moscú–donde se planea desarrollar tecnologías avanzadas, materiales y nuevos tipos de productos.

«Las tecnologías aeroespaciales, biomédicas y de la información, así como la electrónica y la ingeniería de radio se convertirán en el foco principal del Centro de Ciencia y Tecnología de Innovación del Valle de la Innovación Aeroespacial», dijo el comunicado.

A pesar de los objetivos civiles declarados, bien se sabe que en Rusia lo civil está al servicio de lo militar, por lo que no se descarta que todo avance en investigaciones aeroespaciales puedan ser utilizadas para entrar en la carrera armamentística ya planteada entre China y Estados Unidos.

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