Historia de un crimen
Asesino en serie, mató a tres adolescentes y quiere casarse en la cárcel
Levi Bellfield logró enamorar a una mujer pese a sus antecedentes y a estar en prisión desde hace 18 años
Algunos le conocen como «el Asesino de la Parada de Bus», otros como «el Hombre del Martillo», pero su verdadero nombre es Levi Bellfield, y está condenado a pasar el resto de su vida entre rejas.
En 2008, fue declarado culpable del asesinato de las adolescentes británicas Marsha McDonnell y Amélie Delagrange, y en 2011, le condenaron por matar a Milly Dowler, de 13 años de edad.
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Con ese historial, resulta sorprendente la petición que cursó a la prisión de Farkland, al norte de Inglaterra, donde cumple condena. Bellfield comunicó que se ha enamorado de una mujer, y quiere casarse.
Ahora tiene 53 años, pero en 2002, cuando asesinó a Milly Dowler, tenía 34. La niña desapareció en el mes de marzo, y no la localizarían hasta seis meses mas tarde, muerta, en un bosque.
La descomposición del cuerpo era tal que la Policía tardó nueve años en descubrir las pruebas que conducían a Bellfield; para entonces, el hombre ya penaba entre rejas, condenado por otros dos asesinatos a mujeres jóvenes.
«Bellfield tiene un ego descomunal, y se cree que es un regalo de Dios para el mundo. Va conduciendo en el coche, y se cruza con una chica joven y rubia. Cuando ella dice ‘vete’, el asesino piensa, ‘¿Cómo te atreves a rechazar a Levi Bellfield? No vales nada’, y entonces la ataca. O, como en el caso de Kate Sheedy, la atropella». Así describió Colin Sutton, entonces jefe de la Policía Metropolitana, el modus operandi del convicto.
Milly no pudo casarse. No es justo que él sí.
Kate Sheedy, que tenía 18 años y fue la víctima del atropello descrito, sobrevivió al ataque con heridas graves. Tras una larga estancia en el hospital, pudo declarar en contra de Bellfield, y le condenaron por intento de asesinato.
Las demás no sobrevivieron. Amélie Delagrange, estudiante francesa de 22 años, estaba de visita en Reino Unido cuando Bellfield le asestó un golpe mortal en la cabeza con un mazo o martillo. Murió en el hospital en agosto de 2004.
También Marsha McDonnell falleció tras un brutal ataque de Bellfield: la chica tenía 19 años cuando, tras apearse del bus 111 desde Kingston Upon Thames, fue golpeada en el craneo con un instrumento pesado.
«Grotesca unión»
«Milly no pudo casarse. No es justo que él sí», denunció Robert Buckland, antiguo secretario de justicia. En declaraciones al tabloide The Sun, agregó que «la gente se sorprenderá al ver que un hombre capaz de cometer crímenes tan crueles pueda desarrollar una relación romántica».
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Levi Bellfield, que ya lleva 18 años encarcelado, tiene permitido casarse en la cárcel, bajo la Ley de Matrimonios y de Derechos Humanos de 1983. La ceremonia tendría lugar en el mismo centro, y después se autorizaría una visita de dos horas de su nueva mujer.
David Spencer, director del Centro de Prevención de Crímenes, declaró que «este matrimonio es un insulto para las familias de las victimas de Bellfield.
Teniendo en cuenta la magnitud y naturaleza de sus brutales crímenes, los británicos se asquearán al saber que sus impuestos financiarán una unión tan grotesca. Si es posible, el Ministerio de Justicia debería intervenir para poner freno a la ceremonia», reclaman.