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Una manifestación unionista contra el Brexit, en Irlanda del NorteAFP

La victoria de Sinn Féin que podría acabar creando el «Reino Desunido»

Irlanda del Norte votó por el partido unionista por primera vez en 101 años, un terremoto político que Johnson trata de paliar abriendo una guerra con la UE por el protocolo irlandés del Brexit

A principios del mes de mayo, Reino Unido acudió a las urnas para votar en unas elecciones municipales empapadas de descontento y salpicadas por las constantes meteduras de pata del Gobierno de Boris Johnson.

La jornada concluyó de forma histórica: por primera vez, Irlanda del Norte eligió al republicano Sinn Féin para liderar su asamblea.

El partido se hizo con la mayoría del voto y conquistó 27 de los 90 escaños de la Asamblea Nacional de Irlanda del Norte.

«Sinn Fein», que significa «Nosotros Mismos» en irlandés, es una centenaria facción de centro izquierda; es mayoritariamente católico, se fundó en 1905, y tiene por objetivo cardinal la unión de la antigua Irlanda, y la disolución de sus vínculos con Reino Unido.

En el ideario del partido republicano, en vez de seguir figurando como parte del continente británico, codo con codo junto a Gales, Escocia, e Inglaterra, la Irlanda del Norte del Sinn Féin pretende reunificarse con su mitad de antaño, y formar parte de la Unión Europea.

Su rival más potente, el partido protestante Unionista Democrático (DUP) se opone fervientemente.

La victoria del Sinn Féin en las últimas elecciones los sitúa al frente de la Asamblea Nacional irlandesa por primera vez en 101 años, y otorga al partido la potestad de elegir un primer ministro.

Lo más probable es que nomine a Michelle O’Neill, que es tan carismática que logró que el pueblo irlandés olvidase que dos de sus primos pertenecieron al IRA.

Entre Irlanda e Inglaterra

¿Qué implicará este cambio histórico dentro del marco británico? El primer punto de contención es el Brexit. Gran parte del éxito del Sinn Féin se debe a que el DUP se encuentra debilitado por la tensión con la política europea.

Los republicanos del Sinn Féin son partidarios de mantener el Protocolo de Irlanda del Norte prácticamente tal y como está: con una frontera «suave» entre las dos Irlandas, en la que las exportaciones e importaciones de la Unión Europea se sometan a menos chequeos, como si Belfast integrase los 27 en cuanto a las condiciones mercantiles.

La victoria del Sinn Féin llenó de pesimismo a los líderes de Westminster, que ven innegociable un Protocolo que beneficie a las tres regiones, y planean retirarse unilateralmente de los diálogos con la Unión Europea para ocuparse ellos mismos del asunto.

Johnson se enroca

En medio del creciente temor a una guerra comercial entre el Reino Unido y la UE, Johnson llegó este lunes a Irlanda del Norte. El primer ministro se mostró inflexible sobre la necesidad de que el Reino Unido cuente con una Ley que le permita adquirir el derecho a ignorar partes del Protocolo cuando lo considere oportuno: «Debemos proceder con una solución legislativa».

Desde el Gobierno han insistido en la necesidad de modificar el Protocolo de Irlanda del Norte, que establece controles aduaneros, según las directivas de la Unión Europea, en el Mar de Irlanda para evitar una frontera física terrestre entre Irlanda e Irlanda del Norte.

El gobierno británico propuso una Ley que modificaría el Protocolo y que permitiría al Reino Unido anular determinados aspectos del acuerdo. La principal novedad sería la adopción de un «carril verde» para los productos procedentes de Gran Bretaña para su venta exclusiva en Irlanda del Norte.

Se trata de una propuesta que no gusta en Bruselas, que advirtió que toda modificación unilateral del Protocolo por parte del Reino Unido «simplemente no es aceptable».

Punto muerto en el Gobierno

Cuando Irlanda del Norte firmó el acuerdo de paz del 'Good Friday', y puso fin a tres décadas de violencia, estableció la obligación de que el viceprimer ministro tendrá que ser siempre un miembro del partido de la oposición, con poderes parecidos.

Por eso, después de estas elecciones, el viceprimer ministro tendrá que pertenecer al DUP, que se hizo con 24 escaños.

Ahí es donde entra en juego el partido ‘Alianza’, liderado por Naomi Long; la facción no está afiliada con ninguno de los dos bandos del debate unionista, y en su lugar quiere que se reforme el acuerdo para permitir que un partido neutral entre dentro de este sistema de división del poder.

La tozudez de Alianza repercutirá en negociaciones futuras para tomar decisiones a corto plazo.

Como el DUP y el Sinn Féin son políticamente opuestos, suelen contar con el tercer partido para desempatar, pero en esta ocasión, es probable que Alianza conduzca a la Asamblea de Belfast al estancamiento.

Y si Belfast es incapaz de tomar decisiones, Londres puede gobernar directamente en su lugar.

Con todo, la victoria del Sinn Féin denuncia un fuerte apetito por un cambio sustancial; quizás no la unión de las dos Irlandas, que los expertos consideran muy poco probable, pero sí un Gobierno radicalmente distinto al que llevan acostumbrados 101 años.